El 18 de junio comienza la décima edición de Estival Cuenca. El año pasado este festival fue prácticamente el único superviviente de la programación cultural conquense y este año la pandemia también pone condicionantes, pero su director, Marco Antonio de la Ossa, tiene claro que lo importante es seguir adelante.
Organizar un evento de este tipo, sobre todo el año pasado, con incertidumbre sobre si se va a poder hacer o no, debe ser algo parecido a navegar bajo la niebla.
Nosotros nacimos con la crisis económica en el 2012 y hemos ido capeando y aprendiendo a base de circunstancias. El año pasado nos atuvimos a lo que había y creo que lo hicimos bien. Estaban abiertos los supermercados, las tiendas, los médicos, etc. ¿Por qué no se iban a poder desarrollar conciertos, cumpliendo un plan de contingencia, tal y como te pide Sanidad, siguiendo todos los criterios a rajatabla? Salió bien. Fuimos valientes en este sentido, algunos dirían que arriesgados, pero pensamos que lo que teníamos que hacer es continuar, siempre teniendo en cuenta que somos un festival de tamaño pequeño.
¿Y este año?
Pues lo mismo. Igual que se han estado dando clases y trabajando en todos los ámbitos, también tenemos que continuar, adecuándonos al plan de contingencia y para el público que nos dejen, con toda la seguridad.
“Nos quedamos muy contentos del desarrollo de Estival 2020”
Al final, Estival en 2020 lo que tuvo es paciencia: aguantó hasta que mejoro la situación y al final encontró un hueco entre olas para poder hacer el festival.
Nosotros lo teníamos planteado a finales de junio y principios de julio, como ha sido siempre, pero vimos que no se podía. Retrasamos y hablamos con los patrocinadores hasta encontrar la fecha en la que se podía llevar a cabo. Hicimos encaje de bolillos y el público y los artistas respondieron. A toro pasado, nos quedamos muy contentos del desarrollo de Estival Cuenca 2020 y esperamos que este 2020 sea mejor todavía.
En cualquier caso, sí que hubo que recolocar algún concierto. Para empezar, el de Santiago Auserón, que finalmente se celebrará este año.
Ha habido varios eventos que hemos tenido que dejar para otros momentos. Algunos serán en 2022, cuando tengamos un mayor aforo. Santiago Auserón sí que hemos considerado que este año podía ser un gran cabeza de cartel. El público tenía muchas ganas, como se ha demostrado, porque se han agotado las entradas en días.
¿Os ha hecho daño la pandemia en el tema económico?
Lógicamente. Realizar el festival con un aforo muy reducido genera pérdidas, pero hay que seguir a pesar del temporal. Como ocurre en otros sectores, son momentos muy duros y yo creo que importa más continuar la dinámica que detenernos, porque yo creo que, si nos detenemos, no volvemos a arrancar. Para los festivales, si paran, es muy complicado volver a coger inercia.
Si se mira el calendario cultural del año pasado, al final quedó Estival Cuenca y muy poquito más.
Es algo que ha intentado plantear Making UCLM, con Montero a la cabeza, en nuestro cartel, la sala blanca del Museo de Arte Abstracto Español y en ella lo único que quedó, Estival Cuenca. No sé si fuimos muy lanzados o imprudentes, según a quien preguntes tendrá una respuesta.
¿Ha sido más fácil o más difícil configurar este año? Porque seguramente habéis recibido muchas propuestas de gente que está deseando tocar.
Desde las primeras ediciones nos han llegado un montón de propuestas. Estamos encantados e intentamos contestar a todo el mundo. La gente quiere tocar, pero tampoco se baja mucho el caché, como es normal, porque también tienen que trabajar. Al final hay que jugar entre la buena voluntad nuestra, la de los artistas, la de los técnicos, para llegar a un punto en común. Y luego que el público y los patrocinadores respondan para tener, entre todos, la inercia de seguir adelante.
Este año se vuelve a las fechas habituales.
Así es, el último fin de semana de junio y la primera de julio. No queremos meternos mucho en julio, porque hay otras propuestas en Cuenca. Miraremos cómo está programando el resto de gente para acoplarnos. Tenemos que cuidar que en Cuenca cada uno tenga su espacio porque hay semanas de sobra para que todos podamos trabajar de la mejor manera.
“Hemos tratado que sea una edición contenida, de degustar sentados”
¿A la hora de diseñar el cartel habéis pensado en circunstancias como que no se pueda bailar? ¿Habéis pensado en un cartel más de estar sentadito?
La verdad es que sí. Aunque habrá propuestas que nos inciten un poquito a movernos. El año pasado en el concierto de los Derby Mottoretta Burrito Kachimba fue muy complicado estarse quieto en la silla y hemos tratado que sea una edición contenida, de degustar sentados. Ya habrá ocasiones de levantarnos y de movernos un poco más.
Repasemos el cartel. Tenemos a Santiago Auserón, y como ya has comentado, las entradas han volado.
Es nuestro premio Manuel Margeliza. Muy merecido, porque es un músico de una larguísima trayectoria y enorme prestigio. Una persona muy interesante en distintos aspectos y creo que va a ser una velada preciosa en la que también está la conquense Paula Serrano, que tiene veintipoquitos años y está pisando fuerte. Conjugamos juventud y veteranía.
Destacados nombres femeninos.
Estamos más o menos en el 50% de paridad. Para nosotros es importante que los festivales tengamos en cuenta las propuestas de mujeres y este año tenemos algunas de primerísimo nivel, algunas conquenses como Paula o Yandrak Jamaica y luego otras chicas jóvenes como María Yfeu, que está despuntando con una voz que dicen que se parece a la de Amy Winehouse. Creo que al público de Estival Cuenca le va a gustar mucho María José Llergo, es una de las figuras de este año y al que no la conozca que no se la pierda, porque tiene un directo muy potente y una voz espectacular.
Hay que destacar la nueva aportación de la Universidad de Castilla-La Mancha.
Estamos muy contentos de contar con la UCLM. Antes también era patrocinadora, pero en esta ocasión da un paso adelante y vamos a realizar en el Paraninfo, que se convertirá en el Escenario UCLM, un concierto dirigido a la comunidad universitario. En este caso será con Ángeles Toledano, una cantaora jienense de muchísimo nivel y también un grupo joven de estudiantes de la Facultad de Educación, Andrea González y su hermana. Son propuestas jóvenes. En esta edición solo podemos llevar a un reducido grupo de gente a disfrutarlas, pero ojalá en próximos años podamos hacerlo en el ágora o en la caseta del estudiante para tratar que la comunidad universitaria se implique también en Estival.
Cartel muy flamenco en el que también destaca un cantaor de la región, Israel Fernández.
Siempre intentamos que hay un espacio para un artista castellano-manchego que destaque e Israel Fernández ahora mismo está en el top del escalafón flamenco. Tiene una propuesta muy interesante y está yendo a los festivales más importantes, no solo de flamenco sino de otros ámbitos. Es un lujo tenerlo aquí. Antes tendremos a la conquense Virginia García Vicente. Si el talento es de Castilla-La Mancha, mejor mejor que mejor.
A medio camino entre el flamenco y el jazz está Dorantes, acompañado por otro conquense, Eduardo Fernández.
Sobre el maestro Dorantes, también nos gusta que haya veteranía. Se trata de un pianista muy conocido, no solo por Orobroy, sino por una trayectoria que le ha llevado a países de todos los continentes. Y Eduardo también se ha movido por todo el mundo. Aquí vamos a hacer una unión entre lo que sería el piano actual dentro del flamenco y luego algunos posibles precursores como Granados, Albéniz, Manuel de Falla… Va a jugar con una posible línea de evolución del piano español, desde el siglo XX hasta llegar a Dorantes, que va a sorprender muchísimo. Gracias a la ayuda de Secretariado Gitano tenemos una chica conquense, Liria, que va a cantar con él Orobroy, una canción en caló. Va a ser una velada preciosa.
Promete mucho la velada con El Naán y Collado.
Estamos muy contentos de que una de las primeras actuaciones de Collado Folk, con Javier Collado y músicos de toda la Península Ibérica, sea en Estival Cuenca. Y luego están los palentinos El Naán, que tienen una propuesta muy completa y van a presentar su última grabación, Germinal. Hay muchos amantes de folk en Estival y les intentamos cuidar. Tampoco pueden faltar con nosotros los Zas Candil Folk, que han estado con nosotros desde el principio y seguirán hasta que ellos quieran.
Una de las novedades de este año es que se ha ampliado la propuesta de yoga.
Es una idea que tuvo Cristina de la Ossa y aprovecho para decir otra vez que no somos familia, que siempre hay algún graciosete que dice “este apellido me suena”. Me dijo que estaría bien dar un paso adelante y encontrar otra maestra yogui para que ella pudiera bajar y ver cómo se está desarrollando el ejercicio. Anita Miralles es una maestra yogui de Alicante y yo me fío mucho de lo que me dice Cristina, porque de Yoga no tengo ni pajolera idea. Eduardo Martínez, el percusionista conquense, pone el ámbito musical.
“Nos avisaron de que Alfredo Rodríguez venía por España y ni nos lo pensamos”
Y llegamos a la velada final, con Alfredo Rodríguez Trio. La gente puede pensar que es jazz, pero va a ser más movida de lo que la gente se pueda pensar.
En Cuenca cuesta mucho el jazz, pero nos avisaron de que venía por España y que qué nos parecía y ni nos lo pensamos. Es un crack completo, está producido por Quincy Jones y tiene un nivel interpretativo tremendo. Recuerdo una crónica tuya, cuando actuó Michael Olivera Quintet, decías que era un dream team del jazz. Pues Michael Olivera viene también de baterista, con un bajista de grandísimo nivel. Y Alfredo Rodríguez es una referencia. Estarán también The Teachers Band, que llevan con nosotros diez ediciones. Es una velada muy musical. Ellos tienen fuego y tienen agua, que dicen en Cuba. Van a realizar una gira internacional que tiene parada en Estival Cuenca.
“En esta edición nos tenemos que contentar con el 40% de aforo
¿Esperáis algún tipo de modificación en los aforos o ya es definitivo?
Creo que tal y como estamos, con la venta que llevamos, así nos vamos a quedar, en el 40% de aforo. Somos valientes, pero creo que en esta edición nos tenemos que contentar con este aforo, sin barra y sin pinchos. Cogiendo la idea del Cholo Simeone, partido a partido, nosotros vamos edición tras edición. Vamos a hacer esta lo mejor posible. Al igual que se está trabajando en todos los ámbitos, creo que los festivales también tenemos que estar. Esta es nuestra décima edición, un número muy bonito, y hay que disfrutarla..
Algunos festivales de pequeño y medio tamaño este año se están salvando, algo que no pueden decir los mastodontes como el Mad Cool o el Azkena.
Para llevar esos carteles necesitas una masa de gente muy numerosa. Nosotros siempre hemos tratado que sea un espacio reducido a lo que marcan nuestros escenarios. No vamos a crecer, tenemos el escenario Solán de Cabras en el Parador y el Escenario Natura. Son sitios de gran belleza para disfrutar con los cinco sentidos. Al tener ese tamaño familiar, casi artesanal, podemos tirar hacia adelante. Otros festivales necesitan un consumo más elevado, que para nosotros es importante, pero podemos capear sin él.
“La cultura no es superflua, es necesaria”
Quizás hay que mandar un mensaje a los ayuntamientos para que se animen también a hacer conciertos al aire libre.
Al igual que hicimos nosotros el año pasado, hay que seguir trabajando con todas las precauciones. Se puede y se debe hacer. La música y la cultura tienen que tirar hacia adelante. Este no es un festival de venirse arriba, la gente puede estar viendo el concierto con su mascarilla y tomarse un agua Solán de Cabras. Pero por lo menos estamos, igual que han estado los peques en clase con las mascarillas. La cultura no es superflua, es necesaria y tenemos que sentirla y que vivirla. Es una alimento del alma y del espíritu y necesitamos pensar, reflexionar y vivir la vida con todas las precauciones, pero con los cinco sentidos.
¿Cómo ves a las instituciones, están más animadas o todavía tienen mucho miedo?
Creo que el respeto lo tenemos todos, pero parece que poco a poco se van animando y ven que la gente, en parte, también solicitamos que ellos encabecen la avanzada cultural. Ellos tenían que haber encabezado el ámbito cultural. Ahora están ahí, que es importante y algunas estuvieron también el año pasado. Nosotros encantadísimos de contar con todas las instituciones conquenses, que aportan menos de un 30% a Estival pero son una pata importante, porque queremos que estén todas y nos consideren una parte importante de la cultura conquense. Que sigamos ahí, remando todos en la misma dirección.
Económicamente, teniendo en cuenta la limitación de aforo, este año el festival que dé lo que sea.
Sabemos cómo va a ir, pero hay que seguir manteniendo Estival y la cultura. Los bares y los comercios están trabajando atendiendo a lo que hay, la cultura es lo mismo.
Supongo que también estarán preparadas las Jornadas de Musicología.
Las presentaremos el día 17 y en este caso las vamos a llevar a noviembre, que es un mes que no hay mucho en Cuenca. Yo termino reventado de Estival y prefiero también descansar un poco y no seguir en julio con otro congreso. Intentaremos ayudar a la hostelería conquense en un mes muy malo. A ver si puede ser presencial y podemos traer a Cuenca a cien o doscientas personas, con ponentes de diferentes partes de España. El jueves que viene os contamos más.