Comienza una nueva etapa para el Auditorio de Cuenca, a partir de ahora Auditorio José Luis Perales. El compositor y cantante, natural de Castejón, fue el encargado de descubrir el letrero con el que el teatro de la ribera del Huécar se conocerá a partir de ahora y lo hizo rodeado de representantes institucionales, amigos, familiares y de algunos aficionados que no quisieron perderse una jornada en la que el autor de ¿Y cómo es él? apenas pudo contener la emoción.
“Te queremos, José Luis”. Se lo dijo una fan a su llegada al Auditorio y lo repitió el alcalde de Cuenca, Darío Dolz, cuando terminó el acto. Perales correspondió a este aprecio firmando libros y autógrafos a los incondicionales que quisieron vivir este momento y después prometiendo “fidelidad a Cuenca y seguir haciendo patria donde vaya ” en su discurso de agradecimiento a la ciudad donde vivió durante años, en la calle San Pedro, con vistas a la hoz donde se encuentra este espacio cultural que ahora lleva su nombre.
Dolz manifestó que José Luis Perales es “el mayor embajador de esta ciudad” durante el acto de inauguración en el que el Ayuntamiento obsequió al cantante con una cerámica de Rubén Navarro. Por su parte, la directora del Auditorio, Nelia Valverde, proclamó que para ella era un honor estar al frente de esta institución en un día tan importante. Miguel Romero presentó y moderó una rueda de prensa cargada de recuerdos. Rememoró algunos el concejal de Cultura, Miguel Ángel Valero, que subrayó que “José Luis nos enseña que en la vida hay más fracaso que victorias, pero que si uno no pierde la ilusión, todo llega” e hizo menciones a sus familiares y amigos, presentes en la sala pequeña del teatro de la ribera del Huécar.
La emoción embargó por momentos al cantante durante su intervención, en la que recordó el momento en el que recibió la llamada del alcalde.
Preguntado acera de quién le habría gustado que tocara en esta inauguración, comentó Perales que “cualquier artista español hubiera estado bien, pero me quedé con ganas de hacer un dueto con Charles Aznavour” y no descartó, a pesar de que esta es su gira de despedida, hacer un pequeño concierto un día en las tablas de este Auditorio bautizado su nombre. “Pero no se lo digáis a nadie”, pidió con humor a los asistentes.
