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“Hemos sobrevivido a dos grandes cadenas, algo estaremos haciendo bien”

Desde el año 1934 lleva en funcionamiento la droguería-perfumería Pepe en la calle Carretería. Un negocio familiar dirigido ahora por Pilar y María Ángeles Saez, que en esta entrevista hablan sobre cómo vivió los peores momentos de la crisis sanitaria uno de esos negocios esenciales que se mantuvieron abiertos cuando todo estaba cerrado.

Lo primero que llama la atención es descubrir que Perfumerías Pepe lleva abierta desde 1934, algo casi impensable en estos tiempos.

MARÍA ÁNGELES (MA): En 1934 fue nuestro abuelo quien empezó con el negocio. Después vinieron nuestros padres y ahora estamos nosotros. Somos la tercera generación.

¿La primera tienda fue en Carretería?

PILAR (P): Sí, esta fue la primera.

De pequeñitas, cuando había demasiado trabajo, echaban mano de nosotras para hacer los recados”

Habéis vivido los cambios de esta tienda y de la propia calle.

P: También la forma de trabajar, ha cambiado todo muchísimo. De pequeñitas, cuando había demasiado trabajo, tenían que echar mano de nosotras para hacer los recados. Desde muy pequeñitas estamos aquí y hemos visto todos los cambios habidos y por haber.

Hasta el más impensable, el de tener que trabajar con mascarilla.

MA: ¡Eso no lo llegamos a pensar! 

P: Ha habido muchos cambios, pero a lo que más nos hemos tenido que adaptar es al Covid-19. Ha sido estresante.

MA: Nosotros hemos estado trabajando todo el tiempo, también durante el confinamiento y daba mucha pena ver Carretería vacía, sin gente y sin coches.

P: No había nadie en la calle y pasaban los militares. Parecía que estábamos en una guerra. Pusimos el mostrador en la puerta y no dejábamos pasar a la gente. Nosotras que siempre hemos tenido una atención de mucha cercanía, de repente, pusimos el mostrador y teníamos que atender desde lejos.

Una perfumería es además un lugar donde al cliente le gusta mirar, toquetear y probar.

P: ¡Claro!

¿Pasasteis miedo aquellos días?

(Asienten las dos)

P: Yo, sobre todo, tenía el miedo a llevarlo a mi casa, fueron meses muy duros. Llegaba a mediodía, me duchaba, me cambiaba de ropa, sin acerarme mucho a mis hijos… Tampoco sabíamos nada, solo que la gente estaba encerrada y nosotras no.

MA: Y que se contagiaba tan rápido que no sabías dónde lo podías coger.

“Yo no tenía la conciencia tranquila vendiendo los guantes a esos precios”

¿Tuvisteis que vender productos que no eran habituales?

MA: Las mascarillas, los guantes, el Sanytol y el papel higiénico, que fue la locura de la gente, sigo sin entender por qué. También lejía y todo lo que es desinfección. Yo la primera en mi casa.

P: Hay productos que hemos vendido toda la vida, como los guantes, a un precio normal, que de repente teníamos que comprar a un precio desorbitado, porque no había y no encontrábamos dónde comprarlos. Con las mascarillas lo mismo, no había mascarillas por ningún sitio y las que había estaban carísimas. Una caja que habitualmente costaba cuatro euros, de repente, la comprábamos nosotras a 16.

¿Hubo mucho abuso con eso?

MA: Yo no tenía la conciencia tranquila vendiendo los guantes a esos precios. Era robar.

PA: Nosotras no podíamos comprarlo a precio normal, así que aunque lo vendiésemos sin ganarle dinero seguía siendo una barbaridad.

¿Qué volumen de negocio tiene ahora para Pepe el apartado sanitario?

MA: Lo nuestro sigue siendo en mayor porcentaje la perfumería y la cosmética.

P. Durante aquellos meses fue prácticamente el 100%, ahora ya está siendo lo habitual.

“No tenemos las conversaciones que teníamos antes, eso lo hemos perdido”

¿Y cómo va ahora la vuelta a la normalidad?

P: Muy lento. Ahora un poco mejor, evidentemente, pero lento, porque la gente se ha acostumbrado a comprar de otra manera, a través de Internet; entra menos gente y la que entra lo hace con mucha rapidez, para irse pronto. No tenemos las conversaciones que teníamos antes, eso lo hemos perdido y es lo que más pena nos da. La gente se entretenía, te contaba sus cosas y tú le contabas la tuya.

MA: Ahora, entre la mascarilla y la distancia, todo es como más frío.

P: La gente tiene miedo y respeto. Tenemos un aforo y todo desinfectado y ventilado, aunque haya que abrigarse, pero la gente sigue teniendo respecto al asunto.

¿Y la clientela es respetuosa? ¿Entran con la mascarilla puesta?

MA: Sí, la mayoría sí.

P: Alguna vez hemos tenido que pedir a alguno que se ponga la mascarilla, pero de forma muy puntual.

En estos momentos conviven en Carretería cuatro o cinco perfumerías.

MA: ¡Nosotras fuimos las primeras!

P: Son cadenas que se están extendiendo.

MA: Cuenca no tiene tanto volumen de gente como para tener cinco perfumerías seguidas, no sabemos qué estudios habrán hecho.

P: La competencia leal tampoco nos hace mal, al revés, nos ayuda a ser un poco mejores. Pero la verdad es que nos han rodeado: dos por arriba y dos por abajo. Pero bueno, también hemos sobrevivido a dos grandes cadenas, Marionnaud y Bodybell. Algo estaremos haciendo bien.

¿Qué ha pasado con la tienda que teníais en Diego Jiménez?

P: Después de la pandemia cerramos. Tenemos que tener todos los pagos hechos y llega un momento en el que, si la bola se hace grande, igual te encuentras conque no puedes con ella.

“Cuando hay que hacerse pequeño, hay que hacerse pequeño”

¿Llevabais mucho con esa tienda…?

P: Desde los ochenta. La cerramos por el Covid. Y una anterior la tuvimos que cerrar con la otra crisis. Somos una tienda familiar, sin grandes pretensiones, con tener para pagar lo que debemos y tener para vivir medianamente bien tenemos bastante. Cuando hay que hacerse pequeño, hay que hacerse pequeño. Cuando se pueda crecer, se crecerá. La penda de todo esto es que hemos llegado a tener trece trabajadores y ahora estamos cinco.

¿Cómo han evolucionado los gustos de la clientela?

P: Al principio nos dedicábamos únicamente a la droguería, luego fuimos metiendo la perfumería, la alta cosmética, el color… Hemos ido evolucionando.

¿Os obliga a estar constantemente estudiando tendencias?

P: Sobre todo en cosmética y color estamos formándonos constantemente.

¿Cómo os lleváis con las redes sociales?

MA: Somos un poco reacias a las redes sociales.

P: Nosotras nos dedicamos al trato directo con el público, eso es lo que más nos gusta. Es lo que hemos hecho siempre y no queremos perderlo.

MA: Tampoco nos da tiempo a meternos de lleno con lo otro, la verdad. Estamos todo el día en la tienda, atendiendo al público, y para las redes se necesita tiempo. Los críos saben hacerlo todo y se les da fenomenal, pero nosotras nos tendríamos que sentar a estudiar.

P: Pero, sobre todo, nos gusta que la gente venga. No queremos que se pierda.

MA: Preferimos tener a la gente bien atendida.

“Nosotras hemos perdido con la peatonalización de Carretería”

Carrretería: ¿peatonal o con coches?

P: Yo haría un ‘semi’. La peatonalizaría los fines de semana y los puentes.

MA: Por las tardes, si quieres, pero por las mañanas…

P: Nosotras hemos perdido con la peatonalización. Otros negocios no sé, pero nosotros sí. Vendemos productos de peso y antes venía la gente de los pueblos, aparcaba en la puerta, le cargabas el coche y se iba. O venía un matrimonio y la mujer se bajaba aquí a hacer las compras por Carretería y luego la recogía y ya está.

¿No os pusieron vacuna como comercio?

MA: Nos han vacunado por edad.

P: Yo tengo la primera, pero porque me tocaba también.

MA: No se han acordado de los trabajos esenciales. El otro día hablaba con una chica del supermercado y lo mismo. Yo pienso que podían haber hecho algo con la gente que ha trabajado desde el principio.

P: Pero bueno, no pasa nada. Aquí ya estamos vacunados todos.

¿Y en el tema ayudas? ¿Habéis recibido algo?

MA: Nada.

P: Han salido ayudas con unas base que no hay quien las cumpla. La ayuda ha sido la de los empleados, que cuando han tenido que estar, han estado.

¿Os acogisteis al ERTE en algún momento?

P: Sí, hemos necesitado un ERTE. Esa ayuda sí, claro.

MA: Hubo un momento en el que estábamos todos aquí sin hacer nada. Al principio no nos metimos, pero luego decidimos que sí para no estar tan juntos y no contagiarnos entre nosotros. Aguantamos hasta que pudimos.

¿Con ganas de tranquilidad?

P: ¡Ojalá volviéramos a lo de antes! ¡Ojalá!

MA: Yo no te creas que me voy a quitar la mascarilla así como así, que el otro día hablaban en la tele de la cepa nueva que es contagiosa.

P: En los sitios cerrados seguiremos llevando la mascarilla. Al aire libre es otra cosa.

Ahora os va a tocar pedirle a la gente que se la ponga cuando entren a la tienda.

MA: Eso va a ser otro problema. ¿Y si viene alguien y no lleva la mascarilla, qué?

P: Tú te pones la mascarilla también por darle seguridad a la persona que entra. Piensas en protegerte tú, por supuesto, pero lo que quieres es que entre la gente,  y la gente se tiene que sentir segura, porque si no es “ahí no voy porque está sucísimo” o “ahí no voy porque no llevan mascarilla”. Nosotras seguiremos con la misma desinfección, con la mascarilla y el gel encima de la mesa.

Creo que hay productos que han venido para quedarse, como el gel para las manos.

MA: Sí, ya es un cosa más.

Para terminar, quizás mandar un mensaje pidiendo apoyo para el comercio local, con una competencia cada vez más dura por la venta en Internet.

Con la venta por Internet se pierden puestos de trabajo y el contacto directo con la gente”

P: Es una cosa que yo entiendo que es cómoda. Estás en casa, no tienes que salir, pero creo que se pierde más que se gana. Se pierden puestos de trabajo, se pierde el contacto directo con la gente, la sociabilidad. Nosotras podríamos vender por Internet, pero estamos aguantando.

¿Con ganas de que la tienda llegue a los cien años?

P:¡Ojalá! 

MA: Se está poniendo complicado, pero ojalá y vengas a entrevistarnos otra vez; significará que seguimos todos en los nuestro.

¿Trabajará una cuarta generación en Perfumerías Pepe?

P: No lo sabemos. No los animamos, tiene que gustarte mucho. Lo tienes que llevar dentro, porque es durillo. Se trabaja mucho.

MA: Yo no creo que los míos se tiren por este lado. Se echan muchas horas y se las quitas a la familia.

Por lo menos, que se queden en Cuenca…

MA: Eso también está difícil. Yo tengo al mayor estudiando fuera y no creo que pueda encontrar trabajo en Cuenca. Y para esta generación, después del Covid, va a ser más difícil encontrar trabajar.





1 Respuesta

  1. Bonitos años vívidos con esta querida familia. 1963, tres años inolvidables…Sña. Josefa, Pepe, Isabel, Mari y Rafa….cuántos recuerdos, con compañeros como el Sr. Paco, Zamora, Velasco.
    Solamente existía la tienda de carretería y como almacén de droguería las ventas mayoritarias eran al por mayor teníamos clientes de toda la provincia que venían en tren y en coche de línea a los cuales les llevábamos sus pedidos, Velasco y yo todo el día con el triciclo.
    Tal era la fidelidad de los trabajadores con la familia que muchos días la Sña. Josefa nos obligaba a comer en su casa.
    Mi agradecimiento y amistad siempre estará presente.

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