Ante la proximidad de las fiestas de San Julián y después de la reciente remodelación del Equipo de Gobierno de Cuenca, Adrián Martínez hace balance en esta entrevista de su paso por la Concejalía de Festejos, que ahora pasa a anos de su compañero Mario Fernández.
Seguramente no esperaba que su paso por Festejos consistiera más en desprogramar que en programar.
Para nada. De hecho, para mí eso ha sido lo más difícil. Festejos es una Concejalía muy bonita, en la que se pueden hacer grandes cosas y yo siempre he estado vinculado a la actividad festiva de la ciudad, he formado parte de la Asociación de Peñas Mateas. Venía con la intención de aportar lo máximo posible a estas fiestas.
Solo ha tenido un año sin condicionantes sanitarios.
El primer año pusimos nuestro granito de arena en San Julián y San Mateo a pesar de de las prisas, porque tomamos posesión en pleno verano, a dos meses de la fiestas. Pudimos dar los matices del cambio que queríamos para San Julián, como la ubicación de una Carpa Joven y garantizar que fueran unas fiestas inclusivas, que tuviéramos un espacio sin ruido, actividades para todos los públicos, para que toda la gente se sintiera identificada con estas fiestas y fuera ganando adeptos poco a poco. En San Mateo también dimos unas pinceladas de hacia dónde queríamos enfocar la fiesta. Se tomaron decisiones arriesgadas y valientes, como retirar el serrín y el yeso y sustituirlo por el producto antideslizante; generar actividades para los más pequeños para evitar que pudieran encontrarse en el recorrido de las reses: actividades que dieran a conocer la parte cultural tradicional, las raíces de la fiesta. Apostamos también por reforzar los gigantes y cabezudos, que había perdido visibilidad y en 2019 recuperaron la importancia que deben tener. Saura dedicaba en su documental sobre Cuenca un gran tramo a cómo desfilaban en pasacalles estos gigantes y cabezudos. Se intentó incentivar la parte tradicional e innovar en lo que se pudiera.
Tuvimos que hacer un paréntesis en la evolución que queríamos hacer en la fiesta de San Mateo”
Y llega la pandemia…
Tuvimos que hacer un paréntesis en la evolución que queríamos hacer en la fiesta, en todo momento hablando con la Asociación de Peñas Mateas y transmitiéndoles que estamos para lo que fuera necesario. Este año hemos dado el paso de la modificación del Reglamento de las Fiestas Mateas, que era algo que se venía demandando. Durante la pandemia quizás no era el momento de afrontar el cambio normativo, pero ahora ya sí que podemos
El coronavirus no pudo evitar que los Reyes Magos vinieran a Cuenca.
2020 fue una absoluta locura, porque si algo había caracterizado a la Concejalía de Festejos es su poca capacidad de reacción a la hora de la toma de decisiones. Ahora estamos en una situación más estable, en la que vamos viendo la evolución a medio y largo plazo y podemos tomar decisiones con mucha más seguridad. En octubre, noviembre y diciembre de 2020 había una constante subida y bajada de contagios, no sabíamos exactamente qué restricciones íbamos a tener. Había que mantener el principio de prudencia siempre, para evitar que cualquier actividad organizada por el Ayuntamiento se pudiera descontrolar y generar un problema de salud en la ciudad. Pero necesitábamos tener algún tipo de actividad, no solamente por hechos económicos, sino también anímicos. Necesitábamos algo que nos hiciera cambiar el chip. Veníamos, unos meses atrás, de la presión y los nervios por por parte de los más pequeños en la vuelta al cole. Septiembre fue difícil en cuanto a los miedos y los más pequeños creo que se merecían tener algo. Tuvimos que reinventarnos y plantear cinco cabalgatas alternativas por la ciudad. Lo que queríamos era dividir para evitar aglomeraciones y, por primera vez en la historia, los Reyes Magos llegaron a las pedanías. Luego fuimos continuistas y planteamos el mercadillo navideño en el centro de la ciudad, con medidas Covid, distanciando las casetas y generando itinerarios para la circulación de las personas. Al final la Concejalía de Festejos, que se supone que tiene que pensar en la parte más amable y alegre de la parte administrativa, ha tenido que reinventarse para dar ese halo de esperanza y diversión adaptado al Covid.
¿En qué momento del año pasado se dio cuenta de que no iba a haber fiestas de San Julián?
Yo creo que nos dimos cuenta en pleno confinamiento, cuando estábamos todos encerrados y no sabíamos si íbamos a estar así todo el verano. Las fiestas quedaron a un lado con todo lo que estábamos viviendo. Con el sufrimiento de la gente por la pandemia plantearnos fiestas era algo impensable. Fue una decisión relativamente fácil de tomar por la lógica del momento que estábamos viviendo. No sabíamos cómo funcionaba el virus, como se transmitía, cuánto duran los síntomas… Es algo que íbamos conociendo poco a poco y cuando fuimos teniendo información vimos que era incompatible con la realización de fiestas. En San Julián y San Mateo la suspensión era clara y en otras celebraciones intentamos esperar lo máximo posible para tomar una decisión más cercana a la realidad.
Antes de la suspensión de San Julián tendría ya alguna cosa cerrada.
Uno de los planteamientos que yo hice en la Concejalía de Festejos, con el personal que había en ese momento y que desempeñó un gran papel, es que principios de año, sin saber la que se nos venía encima, es el de programar una serie de contrataciones más a largo plazo, para ir un poco más desahogados. Al final hay actividades que se desarrollan todos los años y, planificando con más tiempo, podíamos plantearnos alternativas distintas. En marzo, cuando estalló la pandemia, había muy poquito planteado para San Julián, habíamos empezado a pedir propuestas a promotoras de conciertos, pero no había nada contratado ni hubo que modificar nada.
Valoramos si podíamos hacer una feria navideña, pero por las condiciones no se pudo hacer”
Los feriantes sí que le llamarían.
Tuvimos una reunión con los feriantes. Era un colectivo que lo estaba pasando mal y les transmití que, efectivamente, no podíamos llevar a cabo las fiestas. Les insté a una segunda reunión para valorar si podíamos hacer una feria navideña, pero las condiciones no se pudo hacer. Este año, hace un par de meses, tuvimos una reunión en la que estuvimos hablando de cómo enfocarlo y de la reglamentación que la Federación Española de Municipios y Provincias había elaborado para poder montar recintos feriales. Los feriantes se mueven por todo el territorio nacional y aportan ideas de lo que se está haciendo en otras zonas. Me hablaron, por ejemplo, de lo que se estaba haciendo en Sevilla y Valencia para que intentásemos encajarlo en Cuenca.
¿Las Peñas Mateas encajaron bien la suspensión? ¿La amistad que les une facilitó que tuvieran una mayor comprensión?
Cada uno estamos en nuestro sitio y hay que defender los intereses del sitio que ocupas, pero hemos tenido muy buen entendimiento. Conozco bien las tripas de la Asociación de Peñas Mateas, su problemática y las presiones que tienen. Todo aquello que desde la asociación he reclamado al Ayuntamiento, entiendo que todo lo que fuera posible teníamos que ejecutarlo para realzar juntos la fiesta de San Mateo y reconducirla hacia lo que debería ser. No se trata de ser comprensivos, de hecho han sido duros y yo lo comprendo, pero hemos tenido muy buena relación. A mi compañero Mario, que toma ahora las riendas de Festejos, le he pedido que todo el tema de San Mateo lo llevemos consensuado.
Veíamos complicado celebrar una suelta de reses con la normativa que hay hoy”
El año pasado la suspensión estaba más clara, pero este 2021 habrán sido más reticentes.
Ha sido un tema complicado, porque nos estábamos acercando a unas fechas en las que ya no había vuelta atrás. Llevábamos teniendo reuniones desde marzo para situarnos en dos escenarios. Uno era que pudiera desarrollarse la fiesta. Teníamos mucha esperanza en que el proceso de vacunación fuera ágil, revirtiera la pandemia y pudiéramos retomar esa normalidad que tanto ansiábamos. Pero fuimos prudentes y planteamos también un Plan B, una programación alternativa para el caso de que no pudiéramos tener una suelta de vaquillas, un San Mateo al uso. El presidente de la asociación me hizo saber que había hecho un sondeo y nos hizo llegar un escrito en el que nos trasladaba que estaría al lado del Ayuntamiento tomásemos la decisión que tomásemos. No obstante, tuvimos una Junta de Portavoces en la que participaron todos los grupos políticos y la Asociación de Peñas Mateas en la que expusimos todos nuestros puntos de vista. También se tuvo una reunión para escuchar a otros colectivos: maromeros, personal de cuadras, hostelería… No para vincular la decisión a lo que nos dijeran, sino para escuchar y tener todas las opiniones para tomar una decisión más certera. No fue fácil, pero volvemos al principio de responsabilidad. Es una fiesta muy popular, en la que prima la relación social, que ahora está prácticamente prohibida, con muchísimos límites. Veíamos complicado celebrar una suelta de reses con la normativa que hay hoy, con un aforo limitado e identificando a todas las personas que hay en el recinto. Está más planteada para encierros que para sueltas de reses como la que nosotros tenemos. Tomamos la decisión de suspender las fiestas, tal y como las conocemos, y tener una serie de actividades culturales enfocadas a mostrar las raíces de la fiesta. Me consta que Mario está trabajando ya en el programa junto a la Asociación de Peñas Mateas para que esos cinco días que hubiéramos tenido de fiesta pudiéramos sentir lo que son las fiestas.
Ya es difícil controlar a la gente un San Mateo normal, con restricciones hubiera sido tremendo.
Muy complicado.
Y luego está el ambiente de las peñas.
Había peñas que nos trasladaron que, aunque se organizaran fiestas, no organizarían peña, porque no podían hacerse responsables del cumplimiento de la normativa.
¿Van a sufrir las peñas, perderán gente?
No, las peñas no son ni más ni menos que el conjunto de personas que suben a disfrutar de la fiesta. En cuanto se retome la normalidad, al final son las peñas las que tiran del Ayuntamiento para poder organizar la fiesta, las que dan el color y la actividad. Creo que no van a sufrir, porque la gente va a volver a disfrutar de San Mateo, esperemos que lo antes posible.
¿Volveremos a compartir bota algún día?
Eso ya no lo sé. Espero que llegue el día en el que podamos vencer al virus.
¿En qué punto deja la modificación del reglamento de San Mateo?
Me voy con la recepción de las propuestas por parte de la ciudadanía y de la Asociación de Peñas Mateas y con un borrador de lo que podría ser el futuro reglamento. Ahora me pongo al lado de mi compañero para que la transición sea lo más adecuada y afecte lo menos a las fiestas.
¿Algo que se pueda avanzar?
Hay una cuestión importante que es la de los agentes que intervienen en la fiesta. En este reglamento debemos recoger la personal de cuadras, a los maromeros y a las propias peñas mateas. Hay mucha gente involucrada en la celebración de la fiesta y en algunos casos no quedaba claro cuál era su papel dentro de ese reglamento. Creo que es importante que todos nos sintamos dentro de un mismo marco. Era injusto que los maromeros tuvieran un reglamento independiente y se entendieran como un elemento anexo. ¿Qué haríamos en San Mateo sin maromeros? Creo que es merecido que formen parte de este reglamento.
¿Han llegado muchas propuestas?
No sabría decirte cuantas. Ha llegado un listado de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo, con reclamaciones lógicas que ya venían haciendo en las propias comisiones de San Mateo. También ha habido alguna de vecinos independientes y de la Asociación de Peñas Mateas.
¿Alguna petición de que se suprima la vaquilla?
Creo que no.
¿Cuál es el procedimiento a partir de ahora?
Tenemos que elaborar el documento inicial, que tiene que ser publicado y aprobado en comisión y en el Pleno y al que se podrán hacer alegaciones. Si se presentan pasará por Pleno de nuevo para su aprobación definitiva.
¿Se pueden introducir mejoras respecto al trato al animal?
Sí. Ahora mismo tenemos una Ley de Bienestar Animal y tenemos que proteger a las reses. En este caso creo que el personal de cuadras hace una magnífica labor y creo que hay que introducir en el reglamento a estas personas que tienen una labor importante, así como garantizar el bienestar en los traslados. Estamos en todo momento asesorados por los veterinarios, que tienen que estar en la fiesta. Tenemos que hacernos cargo del cumplimiento de la Ley de Bienestar Animal.
Vamos ahora con el San Julián que viene. ¿Mirando de reojo los datos sanitarios para que no se tuerza nada?
Aquí estamos a expensas de lo que ocurra, solamente queda pedir responsabilidad. Entre todos podemos ver que nos podemos divertir, pero siendo prudentes podemos mantener una buena situación sanitaria e ir recuperando actividad. Si esto se tuerce, las actividades que se proponen pueden ser prohibidas o pospuestas. Espero que no. Creo que se ha hecho un gran programa adaptado a las circunstancias sanitarias y habrá que esperar que no haya ningún tipo de restricción.
¿Cómo están de dinero? ¿Qué se hizo con el presupuesto que no se usó el año anterior?
No es sumatorio, el presupuesto va por anualidades y a eso tienes que amoldarte. En 2020, cuando se supo que no iba a haber festejos, se llevó a cabo una modificación presupuestaria para la mesa de reconstrucción y parte el dinero de Festejos fue destinado a esas actuaciones.
¿Pese a todo, no le han compensado un poquito?
¡No, no funciona así! Tenemos un presupuesto limitado y en base a eso tenemos que jugar.
El problema de organizar eventos es toda la producción que lleva detrás”
¿Se han ajustado los cachés de los grupos?
El problema de organizar eventos, en este caso, no es tanto el coste económico de organizarlos, que también, sino toda la producción que lleva detrás. Antes teníamos que mirar el escenario, el equipo de sonido, la seguridad… Ahora tenemos que añadir que tiene que haber sillas para todo el mundo, que la gente permanezca sentada y mantenga la distancia de seguridad, lo que multiplica el número de gente controlando. Hemos tenido que plantear un espacio en el que podamos garantizar la distancia de seguridad y podamos sectorizar para que la gente no se nos aglomere en un mismo sitio. También hemos planteado separar los conciertos en más tiempo, antes era un fin de semana intenso y ahora hemos planteado que haya uno por fin de semana, ya que tenemos que desinfectar y preparar las instalaciones de un concierto a otro.
En este momento de la entrevista se asoma al despacho Mario Fernández, nuevo concejal de Festejos. Adrián Martínez le invita a que se siente y escuche el tramo final de la charla. A continuación retoma su respuesta.
Creo que hemos preparado un cartel muy bueno de conciertos y puede haber un poco efecto llamada de la gente de fuera. Es el caso de Vetusta Morla, que tiene todo vendido en el Wizink Center y en Valencia. La gente que se quede rezagada está invitada a venir a Cuenca… ¡Eso sí, sin dejar sin entradas la gente de aquí!
¿Por qué la Fuensanta y no la Plaza de Toros?
En este caso creo que está claramente justificado. Necesitábamos un espacio al aire libre, con distanciamiento de seguridad y con la posibilidad de ofrecer distintas entradas para evitar aglomeración. Estando ya resuelto el tema de luces y electricidad era el momento de aprovechar una instalación municipal que nos puede dar muchas alegrías y no solamente albergar eventos deportivos, sino permitirnos traer a artistas nacionales e internacionales, como en su día vimos a Lenny Kravitz y Bob Dylan.
¿Y qué medidas se aplican al recinto ferial?
Para poder cumplir las medidas sanitarias, si planteábamos la misma duración de la feria, acotando el máximo número de personas que pudieran pasar, no era justo que alguien se pudiera quedar fuera. Por eso nos planteamos aumentar el tiempo que va a estar montado el recinto ferial, para que todo el mundo tenga oportunidad de disfrutar de las opciones que pudiéramos tener y de alguna sorpresa más que ya os contará el nuevo concejal en la presentación del programa.
¿Quién propuso al pregonero, Fran Martínez?
(Responde Mario Fernández) El señor alcalde lo propuso y lo consensuamos todo el equipo. Nos pareció una decisión acertada, creo que va a ser un pregón animado.
¿La Navidad será ya responsabilidad completa de Mario Fernández o se lo deja encarrilado.
Yo ya le he dicho a mi compañero que me tiene para lo que me necesite. Lo bueno es que la ciudad gana un concejal joven, que tiene muchísimas ganas y se va a dejar la piel. Ya en la Concejalía de Juventud ha demostrado que tiene ganas y que puede preparar lo que se ponga por delante. Ahora mismo Festejos tiene un concejal y medio, el que entra que tiene unas ganas brutales y el que lo deja, que va a estar echando una mano en todo lo que pueda.
Es casi un nuevo ciclo, porque precisamente se han producido cambios en el personal de Festejos del Ayuntamiento de Cuenca.
Se ha dado esta circunstancia, un cambio de ciclo. Alicia Muñoz y Luis Cañete eran dos personas que conocían las fiestas al dedillo. Alicia ya se jubiló y Luis está prácticamente jubilado. Se tomó la decisión de restructurar los servicios, no es algo que fuera premeditado. Ahora Mario, siendo concejal de Festejos, tiene un único técnico para poder sacar adelante estas cuestiones, más el personal del Centro Joven. Ahora con el concurso de traslados entrará otra persona que a Mario le vendrá estupendamente.