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Castilla-La Mancha impulsa la investigación en el viñedo frente al cambio climático con una nueva parcela experimental en el IVICAM

Vid viñedos

La Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural está impulsando la investigación en el campo de la viticultura, en una región que es líder en superficie y producción, con el objetivo de evaluar los efectos del cambio climático en el crecimiento y desarrollo de la vid, así como su adaptación a las nuevas condiciones ambientales.

El consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, ha valorado la labor investigadora del IRIAF y sus centros de referencia en general, como en concreto, en este caso, del Centro de Investigación de la Vid y el Vino de Castilla-La Mancha (IVICAM).

Ha sido aquí donde se ha procedido a la plantación de una nueva parcela experimental de vid, que se suma a las tres ya en funcionamiento. En este caso, el objetivo pasa por mitigar el impacto negativo del cambio climático en el crecimiento y desarrollo de la vid, así como en la calidad de la uva, con las miras puestas en los posibles ajustes necesarios en la viticultura del futuro.

Martínez Arroyo ha afirmado que la parcela experimental servirá para “ver los efectos del uso restrictivo y eficiente del agua en el viñedo, de tal manera que mejoremos el rendimiento productivo utilizando de forma muy eficiente el recurso más importante que tenemos, que es el agua”.

Para ello, se identificarán los genotipos mejor adaptados a las nuevas condiciones ambientales, para también hacer frente a la sequía, buscando las variedades más eficientes desde el punto de vista hídrico o que mejor se ajusten agronómicamente a la viticultura de Castilla-La Mancha.

De esta forma, en la investigación se incluyen un pequeño grupo de patrones, que pudieran contribuir a la adaptación vegetal, mejorándola.

Así, se ha instalado una nueva parcela de 1,8 hectáreas en los terrenos del IVICAM en Tomelloso (Ciudad Real) que cuenta con hasta 24 variedades, la mitad de blanca y la otra mitad de tinta, y cinco patrones, resistentes a la sequía y a elevadas concentraciones de caliza activa en el suelo, con una media de 1.815 cepas por hectárea. En esta parcela, se van a llevar a cabo en los próximos años estrategias de riego deficitario controlado o de secado parcial de raíces, dentro de la línea de investigación.

A este respecto, Martínez Arroyo ha indicado que “queremos de esa manera, desde el sector vitivinícola, luchar contra el cambio climático y adaptarnos a la nueva realidad en la que tiene que ser posible mantener nuestros ecosistemas, nuestros humedales y, al mismo tiempo, hacer que nuestro sector vitivinícola sea rentable”.

Esta nueva parcela se une a las tres existentes en las instalaciones de este centro de referencia de la vid y el vino, en las cuales se encuentran una colección de 174 variedades de vid de Castilla-La Mancha; el campo demostrativo de todas las variedades de vid autorizadas en Castilla-La Mancha hasta la fecha, que se ofrece a los viticultores para que conozcan las características de cada una de ellas; así como una tercera parcela experimental, en la que ya se realizan estudios de manejo de riego y tipo de poca, con doce variedades y cuatro repeticiones.





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