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“Ponerle el nombre de tu pueblo a tu producto es un orgullo”

Conchi Prieto es una joven emprendedora de Fuentelespino de Haro que se ha lanzado al emprendimiento con su aceite de oliva virgen extra FDH, nombre con el que homenajea al pueblo en el que se encuentra las tierras del valle de Geliberte que han sido trabajadas por su familia de generación en generación.

¿En qué momento se animó a montar el negocio?

El negocio se montó en el otoño de 2020. Vengo de una familia de agricultores, generación tras generación las tierras han pasado de padres a hijos y hemos seguido manteniendo lo que viene de nuestros abuelos. El olivo siempre lo han tenido en activo, no lo tenemos como ecológico pero tampoco lo tratamos con ningún producto químico. Lo que se hace por aquí es llevarlo a las almazaras y te dan un aceite de  todo lo que llevamos los agricultores de la zona. Yo quería hacer un aceite con nuestra propia aceituna, que sabes lo que le echas y como la cuidas. Al final es lo que consumes tú y consume tu familia.

¿Su familia es de Fuentelespino de Haro?

Mi padre es de Fuentelespino y mi madre de Villarejo de Fuentes.

¿Ayudaba de pequeña en las tareas del campo?

Sí, de siempre. Al final es en lo que te has criado, lo que siempre has visto.

¿Había tenido algún negocio anteriormente?

No, es el primero. Mi padre era funcionario, retirado ya. Mi abuelo agricultor y mi tío agricultor, todos del gremio.

¿Vive habitualmente en Fuentelespino?

Estoy en Valencia y estoy en el pueblo, unas temporadas en un sitio y otras en otro.

Hace dos años hicimos una muestra para ver cómo salía la cosa y vimos que era viable”

Monta el negocio en plena pandemia. ¿No le dijeron que era un poquito osada?

La verdad que sí. Hace dos años hicimos una muestra para ver cómo salía la cosa y vimos que era viable, así que nos animamos a seguir hacia adelante.

¿Qué es lo más difícil de los inicios?

Lo que es el tema de comercializarlo, porque al final vas a un restaurante y lo primero que te preguntan es cuánto aceite haces y cuánto tiempo llevas en el mercado. 

A veces es un impedimento ser una empresa joven.

La verdad que sí. He tenido la suerte de que el producto ha salido bastante bueno. En marzo de este año nos dieron un premio, en los premios ESAO que es la escuelas superior del aceite de oliva que hay en Valencia. Nos presentamos como productores y nos dieron el segundo premio de los mejores aceites de Castilla-La Mancha. Eso me ha abierto muchas puertas, porque el producto se ha valorado más, decir que tienes un premio te abre más puertas de restaurante que si no tienes nada, sobre todo al inicio.

¿Dónde está su aceite ahora mismo?

Sobre todo en Cuenca y Valencia. Está en el Parador de Cuenca, en el Trivio, en la Licorería, en una tienda de la calle Cervantes. En Valencia está en dos restaurantes y en el mercado central. En Madrid también está en una oleoteca en el barrio de Salamanca.

Sitios selectos.

Sí, lo tengo en poquitos sitios, pero estar en un Parador de Cuenca no es cualquier cosa.

Por esta zona hubo bastante daño con la Filomena”

Sus olivos están en el paraje de Geliberte. ¿Es un terreno grande?

El terreno tiene cinco hectáreas y media, casi seis. Este año, con la Filomena, también se ha visto afectado algo el olivar, pero está empezando a brotar y parece que solo va a ser cuestión de uno o dos años que resurjan.

¡Si es que también le pilló el temporal!

Por esta zona hubo bastante daño.

Se anima a montar un negocio y se encuentra con problemas como una pandemia y un temporal histórico. ¿Cómo se lleva?

No contábamos con esas cosas, pero piensas que lo peor ha pasado y que todo lo que venga después será todo bueno; si no, no seguiríamos, nos echaríamos para atrás. Sí que es cierto que no ha habido ningún tipo de ayuda con el tema del temporal.

¿Qué tal fue la producción?

Fue bastante buena, ha sido una edición limitada de botella. La aceituna se cogió en tres ocasiones, la primera fue para el aceite que se llevó el premio, en octubre. Luego tengo un formato de lata y otro de garrafa, en noviembre. Del formato lata ya no tengo stock. La verdad es que ha ido bastante bien. En la almazara donde lo hicimos me han dicho que en el primer año no se consigue fácilmente vender mil botellas, así que por esa parte estamos bastante satisfechos.

Homenaje a su pueblo en el nombre.

Estos son pueblos pequeñitos, que no los conoce nadie, y ponerle el nombre del pueblo al producto es un orgullo.


El diseño de la web y del logo están bastante cuidados.

Cuando empezamos queríamos que llamase un poquito la atención, porque a día de hoy, todo el tema de Internet y redes sociales es básico. Nos recomendaron una empresa de Cuenca y la verdad es que estamos bastante contentos.

¿Qué es lo que os espera en los próximos meses? 

Depende de cómo venga el año de lluvia y de calor, la aceituna madura antes o después. Cuando vemos que se va a acercar la época de recolección hacemos un análisis al fruto y ahí te dicen el rendimiento que tiene y la humedad. Cuando vemos que está en el momento óptimo se recolecta.

¿Pensando ya en ampliar productos?

No sabíamos cómo nos iba a salir el primer año, así que de momento nos quedamos así. Sí que quiero hacer más unidades y, en lugar de hacer garrafa, al final donde mejor se  conserva el aceite es el cristal, así que pretendemos aumentar unidades, pero todo en envase de medio litro de cristal opaco.

Vivir en el campo es lo último que quiere la gente”


¿Su aspiración es la de vivir en el pueblo?


Al final la tranquilidad que tienes en el pueblo no la tienes en la ciudad. Tampoco tienes otras cosas, pero hay veces que compensa.

¿Hay movimiento de retorno al pueblo en Fuentelespino?

El campo es lo último que quiere la gente. En verano pasas calor y en invierno pasas frío. Lo que la gente quiere es una oficina, un almacén, que no estés expuesto a la climatología y no tengas que estar pendiente de si te cae un granizo y te deja ese año sin cosecha. Es muy difícil que la gente vuelva al campo.

¿Has recibido ayudas por emprendedora?

A día de hoy no me ha llegado nada. Sí que he solicitado una subvención para lo de la página web y redes sociales, pero todavía no hay resolución.

Casi para terminar, véndanos un poquito sus aceites.

Lo primero en lo que nos basamos es que no practicamos el laboreo. Conservamos la cubierta digital y en el olivar hay colmenas para favorecer la polinización de la flor. El fruto se recoge en verde o en envero. Cuanto más madurez, peores propiedades tiene el aceite. Desde que se hace la recolección se transporta a la almazara en menos de tres horas. La extracción es en frío y, sobre todo, es el envase de cristal opaco y la acidez que tenemos. Para que un aceite sea virgen extra tiene que tener unos valores de acidez, nosotros tenemos 0,11, superbueno.

¿Tiene pensado acudir a ferias y eventos de ese tipo para dar a conocer su producto?

Sí. Estamos en la asociación de productores de Cuenca, Donde nacen los sabores, y a través de ella lo que se quiere es ir a eventos y ferias para darnos a conocer.





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