La sociedad harta de promesas de los gobernantes sigue no siendo atendida desde siempre en cuanto a la promoción de la salud mental. Y si veis en el esquema las estadísticas con respecto a otros países de Europa es de traca. Nos creemos un país desarrollado y de bienestar, pero seguimos con la atención psicosocial y de los problemas emocionales abandonados que nos coloca en el furgón de cola en número de psiquiatras, psicólogos, enfermeros salud mental y trabajadores sociales.
El gasto público social como porcentaje del PIB en España es de un 19%, frente al 28% de promedio de la Unión Europea, que nos sitúa a nuestro país en el grupo de gobiernos con MENOR GASTO SOCIAL. Pero el gasto farmacéutico se sitúa en el 22% y 25% gasto total, se posiciona entre los más elevados, si consideramos que dicho gasto farmacéutico promedio europeo está en torno al 14% del gasto sanitario.
Según la Red Europea de Economía en Salud mental (MHEEN), grupo de investigación cofinanciado, estima para España, el gasto sanitario público en Salud Mental en un 5% del gasto sanitario total, muy por debajo de la media europea, claramente insuficiente en relación a la carga sociosanitaria que suponen los trastornos mentales, Salvador, Cartilla, Garrido).Está desproporción resulta patente si observamos de cerca el gasto en psicofármacos. Al sumar el importe de antidepresivos, antipsicóticos y benzodiacepinas, en principio a través de receta en SNS, siendo la suma ya en 2006 de 1.204 millones de euros. Imaginemos las fechas actuales cómo se habrán aumentado.
Ya referí en un artículo anterior el déficit de psicólogos en Atención Primaria, y estamos en 2021. Frustración otra vez e dicho abandono. Y la salud mental en las comunidades autónomas, descentralizada y desordenada, se ha establecido con servicios comunitarios mínimos, con cantidad de psicólogos universitarios desaprovechados que pagamos todos con nuestros impuestos.
Señores de la gobernanza, hay una gran distancia entre la planificación estratégica y las prácticas reales donde se ha llegado, y no incorporar los servicios y recursos que se necesitan, muchos y convenientes.
El psicólogo tiene mucho que decir en la primera línea de actuación”
El ahorro es y sería trascendente para el gasto público sanitario. Señores gobernantesm tienen la oportunidad ahora de no perder comba en el nuevo Plan Nacional de atención psicológica en los ambulatorios. No decepcionen a la sociedad civil y más en estos momentos de pandemia. “Por favor, atienda nuestra petición, NECESARÍSIMA”. El psicólogo tiene mucho que decir en la primera línea de actuación, ambulatorios, señores gobernantes del 2021. La sociedad civil se lo agradecerá. Intervengan lo antes posible.
Por fuera, e la galería, muchas ideas y por dentro la nada en progreso de recursos salud mental. Y si se sigue con esta deficiencia el gasto económico en salud mental aumentará cada vez más en sólo Psicofármacos, bajas laborales etc, y no en tratamiento psicológico añadido, desaprovechando los salientes psicólogos de la universidad pero poquísimas oportunidades para ellos, terminando en precariedad laboral e insatisfacción su laboral.
Señores gobernantes, desearía la sociedad civil se ponga las pilas prontísimo en cuanto al Plan de Salud Mental, según lo establecido. Esta sociedad civil española pide ya un mayor compromiso político, con asignación de recursos acordes a la importancia de lo dicho, y una información adecuada sobre indicadores de salud mental y los recursos existentes para dar respuesta a estas necesidades, sistema del que se carece en España actualmente.
Posdata: No dejaremos Sres. Políticos de RECORDAR lo que no está hecho en Salud mental a través, por ejemplo, medios de comunicación. No dejaremos de recordar lo que falta, no dejaremos de señalar el ahorro que supondría, usar los recursos que tenemos y no se canalizan de una vez por todas.
LA CARENCIA de más especialistas en salud mental en todos los niveles de asistencia obstaculizan la detección precoz, y limitan el acceso a una atención de calidad suponiendo un alto coste económico para el sistema sanitario, pero también un alto coste personal y social para las personas que sufren enfermedad mental en nuestro país.
Este artículo y el anterior van dirigidos a TODOS LOS PARTIDOS POLÍTICOS, que no se confundan ellos ni nadie. Así que todo el arco parlamentario y la sociedad civil ha de ser más consciente, más responsable de las verdaderas necesidades de Cuenca y de toda España, y después reivindicar y propiciar los planes sanitarios que sean mejores para todos.