En 1909 nació en Cuenca el poeta Federico Muelas. Hay una escultura en su memoria cerca de la Catedral, un colegio público lleva su nombre, un premio literario del Ayuntamiento que superó la décima edición le rinde homenaje, cerca de Plaza Trinidad está la calle que inmortaliza su presencia en la ciudad, también el antiguo hocino del poeta se encuentra aún en el mapa y a la venta. Además de la obra literaria del escritor conquense que pervive en las bibliotecas de la provincia, para disfrute de la ciudadanía. Y las canciones de José Luis Perales que popularizaron su poesía.
La figura de Federico Muelas representa una huella singular de la identidad de Cuenca y con motivo del aniversario de su nacimiento puede ser muy oportuna la reivindicación de su legado poético y literario, con la consideración de posibles reediciones de sus libros más notables y el fomento de la investigación académica para poner en valor aquellos aspectos poco estudiados de su bibliografía, como el teatro o la narrativa. La edición que realizó la Diputación en 1968 del libro “Cuenca en volandas” tuvo como prologuista al poeta Gerardo Diego, también mereció el Premio Nacional de Literatura el volumen aparecido con el título “Rondando en tu silencio”, Los pliegos del hocino, 1964. El poeta escogía para los títulos de sus libros una atmósfera muy conquense, inspiradora y evocativa, desde Aurora de voces altas de 1934 a los Ángeles albriciadores de 1971.
La literatura de Federico Muelas fue un pulso vital a lo largo y ancho del siglo veinte, adscrito a la generación del 36 fue un poeta transversal, cultivó una mirada poética capaz de alternar lo neopopular y lo mistérico, llegando a frecuentar el surrealismo. Suya es buena parte del imaginario de la ciudad levítica, la piedra y el silencio. Fue animador de tertulias y revistas literarias, publicó obras de literatura infantil, fomentó en vida la actividad teatral, las ediciones de poesía y el guion cinematográfico, además de una actividad periodística intensa y reconocida. Aunque buena parte de su trayectoria creativa se desarrolló bajo la dictadura, en su biografía se conoce la amistad que mantuvo con Lorca y su repulsa del asesinato cometido contra el poeta granadino universal.
No pudo ver la democracia el poeta de Cuenca, sin embargo a casi medio siglo después de su muerte en noviembre de 1974, la literatura de Federico Muelas merece un nuevo impulso de reconocimiento, reediciones y antologías que vuelvan a renovar el latido de su mirada fundante. Además, cabe recordar que fue Cronista Oficial de la ciudad y en tiempos de desmemoria y de incertidumbre, el legado de su poesía y de su voz pueden revitalizar la cultura de nuevo, enlazar lo anterior con el futuro, hacer del postigo de la sombra un sol, ese es el secreto de la poesía.