El municipio de Arrancacepas ha aprobado su nueva ordenanza reguladora de vertidos de residuos de origen ganadero y agrícula, que tiene entre sus objetivos establecer las directrices del el almacenamiento, transporte, vertido y distribución en las fincas rústicas de labor de los estiércoles y purines y hacerlo compatible con un modelo “de crecimiento económico sostenible y compartido basado en la restauración y valoración del patrimonio monumental, cultural, histórico y medioambiental”, según explica la ordenanza que se puede consultar en el Boletín Oficial de la Provincia del pasado viernes.
El vertido de purines, estiércoles y residuos procedentes de fuentes de origen agrícola y ganadero se podrá hacer únicamente en fincas rústicas de labor y desde el el 15 de octubre hasta el 15 de mayo, ambos incluidos. El resto del año queda prohibido el vertido.
La utilización del purín como fertilizante se realizará mediante medios que garanticen el reparto uniforme y homogéneo sobre la superficie apta de la parcela. La cantidad de purín o estiércol a distribuir sobre cada parcela estará por debajo del que marque la normativa sectorial para zonas vulnerables en función del tipo de cultivo existente y no se permite la aplicación de una dosis superior a 20 kg/ha, antes de enterrar los restos vegetales de la cosecha; para evitar los efectos de la inmovilización del nitrógeno y favorecer la incorporación de la materia orgánica al humus.
En las fincas rústicas de labor, en las que se sigue la técnica de siembra directa, el abono con purines no se puede
enterrar; sino que permanecerá mezclado y semienterrado.
Tanto los vertidos como la circulación de vehículos que transporten purines quedan condicionados a autorización administrativa. Estos vehículos tendrán prohibido el estacionamiento en el casco urbano.
La norma crea también zonas de exclusión, franjas de seguridad y establece sanciones que pueden llegar a ser de 6.000 euros en función de la gravedad.