La sombra del pino moría a la vera de dos quejigos después de envolver a varios espinos semisecos que casi les rodeaban. Dos palomas torcaces cruzaron raudas trasponiendo por el CORRAL DE VACAS y ya tenían flor el endrino y el majuelo. En la cuesta de Fuente la Umbría el verde metálico del acebo resaltaba entre el suelo del matorral, el marrón de la hosma y el verde oliva sucio de las hojas del roble.
(Del libro NOCHES DE SERRANÍA.-Pg 33.-ALFONSO CALLE)