Tenaz la carcoma
con su berbiquí.
El grillo en el surco
con su cri-cri-cri.
La carcoma encima
del pesebre está.
Fuera el grillo trina
que te trinarás.
–Si te callas, grillo
verás al Señor.
–Aunque lo quisiera
no podría, no.
–Detente, carcoma,
si lo quieres ver.
–No puedo, no puedo,
dejar de roer.
¡Tan cerca y no pueden
ver al Redentor!
¡Cada uno es como
como ha querido Dios!
(Del libro: ÁNGELES ALBRICIADORES de Federico Muelas)