Hay un noble ciudad en la Alcarria Conquense, en las faldas del cerro El Castillo, que ha encontrado la fórmula para acompañar su atractivo patrimonial con una abundante oferta cultural de la que disfrutan tanto sus vecinos como los visitantes que se acercan cada año a descubrir los tesoros de Huete.
Larga y rica es la historia de esta tierra que se desarrolló en la época romana por su relación con la explotación de las minas de lapis specularis, lideró la comarca, resistiendo al empuje andalusí, tras pasar a manos cristianas en el siglo XII, vivió una época de esplendor en el siglo XV y todavía hoy se mantiene como una de las localidades más pujantes de la provincia de Cuenca gracias a que ha sabido reforzar su oferta turística con interesantes propuestas culturales y hosteleras.
Huete es una ciudad monumental en la que el visitante pasea entre calles amuralladas que albergan monasterios, conventos y casas palaciegas. Su edificio más representativo es seguramente el Monasterio de la Merced, construido entre los siglos XVII y XVIII sobre los restos de un edificio anterior. Destacan su claustro, la pila bautismal del siglo XV y las obras de arte que se exhiben en su interior, como los lienzos de la Anunciación, San Juan Bautista y San José, realizados por autores de las Escuela Italiana.
El patrimonio religioso de la ciudad optense es abundante y muchos de estos edificios se mantienen hoy en buen estado de conservación gracias a que después de perder su función original se han renovado y son aprovechados. Un ejemplo es el Convento de Jesús y María, también conocido como El Cristo. En el siglo XVI acogió a las monjas justinianas de Cuenca y hoy es la sede del Museo de Fotografía de Huete, perteneciente a la Fundación Antonio Pérez. Del edificio destacan su portada y su claustro, único en la arquitectura española por utilizar pilares cajeados como soporte en lugar de columnas.
También ha encontrado un nuevo destino lo que un día fue la iglesia de Nuestra Señora de Atienza, una construcción gótica que hoy se ha convertido en el mejor escenario al aire libre de Huete, un valor que cotiza muy bien en estos tiempos en el que las actividades en el exterior tienen preferencia. En las ruinas de este templo se celebran observaciones astronómicas y conciertos como los que se programan en el espléndido ciclo de jazz que se celebra en Huete cada verano.
Otro elemento importante del patrimonio religioso de Huete es la iglesia de Santo Domingo de Guzmán. Fundado en el siglo XV, el monasterio llegó a ser uno de los más importantes de los dominicos en Castilla. La actual iglesia barroca, del siglo XVII, fue diseñada por el carmelita fray Alberto de la Madre de Dios, arquitecto de los reyes Felipe III y Margarita de Austria y del duque de Lerma.
También hay que mencionar San Nicolás el Real de Medina, iglesia barroca del siglo XVIII y la antigua iglesia de San Pedro, con una capilla del siglo XVI y una portada atribuida al gran escultor Esteban Jamete; el convento de los Jesuitas, que próximamente se convertirá en hospedería y las ermitas de San Sebastián y San Gil.
Respecto a los edificios nobles de la localidad, son de especial interés el Pósito Real, la Casa Palacio de los Condes de Garcinarro, convertida hoy en un hotel rural; el Palacio Episcopal, erigido a finales del siglo XVIII, la Casa de los Linajes y la Casa de los Amoraga. Citar también la Torre del Reloj, cuyo diseño actual es de 1795, pero ha acompañado durante siglos a los optenses.
Ciudad de Museos
Huete tiene uno de los conjuntos museísticos más importantes de la provincia. Ya se ha citado en este reportaje uno de los seis centros artísticos que tiene la localidad, el Museo de Fotografía. En su colección se pueden ver obras de Luis Escobar, Nicolás Müller, Vicente Tofiño, Ricky Dávila, Santiago Torralba, Rosell Meseguer, Melli Pérez y Carlos González.
El arte contemporáneo es protagonista del Museo Florencio de la Fuente, coleccionista que ha donado a Huete una colección que cuenta con obras de ode Picasso, Dalí, Corot, Bores, Villatoro, Ortega, Guayasamín… Mención especial también para los los seis linóleum de Francisco Bores que representan la elegía al torero Sánchez Mejías.
En tercer lugar nos encontramos con el Museo de Arte Sacro, una muestra del patrimonio eclesiástico que ha perdurado después de desamortizaciones, los asaltos y guerras. Inaugurado en 1984, cuenta con pinturas, obras de orfebrería firmadas por artistas de la talla de Francisco de Becerril, vestimentas…
Una de las maneras de conocer en profundidad las raíces de Huete es visitar su Museo Etnográfico. Propone un viaje al pasado para conocer cómo eran las escuelas optenses del pasado, los oficios del campo, el primer cine del pueblo… Cuenta con una sección dedicada a una colección de muñecas y otra dedicada al luto después de la muerte.
El quinto espacio museístico es el Museo de la Fragua, impulsado por Lourdes Parrilla en un edificio característico de la arquitectura alcarreña. En él se reproduce la fragua al y como funcionaba en el mismo lugar a principios del siglo XX y se exponen piezas elaboradas en forja.
Finalmente, las antiguas tribunas de la iglesia de San Nicolás el Real de Medina se puede visitar el Centro de Interpretación sobre las fiestas de San Juan Evangelista, declaradas de interés regional en el año 2009. Un lugar para conocer el origen, evolución y significado de esta celebración.
Las minas de Saceda del Río
Fuera del núcleo urbano, en la Cueva del Sanabrio, entre Saceda del Río y Huete, se encuentra una de las minas de lapis specularis mejor conservadas de la antigüedad, punta de lanza de un turismo espeleológico creciente en la comarca.
En las Cuevas del Sanabrio se visitan dos minas, ambas son accesibles para todos los públicos. La primera cueva se conoce como Cueva de los Cuchillos, debido a que el lapis nace en esta cueva en tiras longitudinales.
En la segunda se muestra un sistema de explotación en forma de galerías que convergen en un espacio central. El visitante descubrirá cómo los romanos extraían el preciado lapis specularis y las huellas de este trabajo.
Para que los turistas puedan disfrutar de todos estos encantos, Huete y sus pedanías cuentan con una variada oferta de alojamientos y gastronómica. Todas las comodidades a disposición del que todavía no conoce esta noble y cultural ciudad alcarreña. En la oficina de turismo de Huete recibirán información ampliada sobre todo lo que hay que ver y disfrutar.