El diputado provincial del Grupo Popular Daniel Pérez Osma ha visitado la localidad de Albaladejo del Cuende donde su alcaldesa, Antonia Albárañez, le ha trasladado su preocupación por el estado en el que se encuentra la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, un monumento emblemático del municipio, “muy querido que además da la bienvenida desde la carretera tanto a nuestros vecinos como a quienes nos visitan”, señalaba la primera edil.
Pérez Osma pudo comprobar cómo el inmueble sigue deteriorándose a medida que pasa los años, “circunstancia que podíamos haber evitado si en 2019, nada más tomar posesión, el actual presidente de la Diputación, Martínez Chana, no hubiera anulado los 250.000 euros que había asignado el anterior Equipo de Gobierno del Partido Popular para comenzar con la rehabilitación de esta iglesia”.
El diputado provincial defiende la importancia del patrimonio como elemento generador de riqueza en los municipios, “si contamos con iglesias, castillos, murallas en buen estado atraeremos turismo y actividad económica. No hace falta recordar que cualquier inversión y medida que se ajuste a las necesidades de nuestros pueblos ayuda a que los vecinos se queden a vivir en ellos y puede ofrecer oportunidades para que otras personas quieran instalarse en la provincia de Cuenca”.
Pérez Osma declara que, si en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción se hubiera llevado a cabo esa primera fase de rehabilitación, proyectada en 2019, “hoy podríamos tener más cerca que este edificio albergase un museo sobre la historia de esta zona, por ejemplo, o incluso que se pudiera dedicar a alguna actividad relacionada con la hostelería”.
El diputado del PP reitera su absoluto rechazo hacia “la nula sensibilidad del actual gobierno socialista con nuestro patrimonio” y el grave error que, a su juicio, “cometió Martínez Chana nada más llegar a la Diputación, anular inversiones necesarias para los pueblos de nuestra provincia y proyectos como el Serranía en Vía. Quizás si la recuperación de las estaciones y la circulación del tren turístico hubieran estado en marcha, ahora no estaríamos lamentando que Cuenca se quede sin ferrocarril”.
“Por ello, y antes de que se produzcan daños irreparables y que Albaladejo del Cuende pierda definitivamente su iglesia, que los arcos que quedan en pie se caigan o que también lo hagan sus muros, Chana debería reflexionar sobre las necesidades que tienen nuestros pueblos y lo indispensable que es que cuenten con su patrimonio, una parte importante de su legado, en buenas condiciones”, finaliza Pérez Osma.