El Pleno del Senado ha aprobado con carácter definitivo la Ley de Convivencia Universitaria, tras desestimar las enmiendas presentadas y con el voto en contra de Ciudadanos, UPN, PP y Vox. Una norma que “establece las condiciones para dotar a las universidades públicas del conjunto del Estado de un marco común para la resolución de conflictos, adaptándose plenamente al ordenamiento constitucional vigente”, tal y como ha destacado la senadora por el PSOE de Cuenca, Carmen Torralba, durante su intervención como vocal de la Comisión de Ciencia, Innovación y Universidades.
La responsable conquense ha destacado que la ley hoy aprobada sienta las bases para formular ese marco de convivencia que posteriormente desarrollarán las comunidades autónomas y las propias universidades, que serán “las que desarrollen las normas de convivencia y los medios alternativos de solución de conflictos”. Crearán además una Comisión de Convivencia, como exige la nueva normativa, desarrollando su composición y funciones.
Con ella, además, se da “carpetazo” a la norma franquista “cuyo fin era disciplinar las universidades españolas con un reglamento que contradice los principios y valores constitucionales, la libertad y el pluralismo religioso”, atribuyendo por ejemplo la potestad sancionadora a un “tribunal de honor”.
“Ya era hora de que, después de casi 44 años de democracia, un gobierno tipificara las sanciones a la comunidad universitaria con un código que respete los principios constitucionales; y ese gobierno ha sido el de Pedro Sánchez”, ha enfatizado la parlamentaria conquense.
Durante el debate, Torralba ha criticado el “discurso alarmista” de PP y Vox, que hablaban incluso de que se legitiman los escraches, “faltando descaradamente a la verdad simplemente para justificar la no derogación del reglamento franquista”. Así, ha explicado que la Ley de Convivencia Universitaria califica como falta grave “reventar una clase, acceder sin permiso a los sistemas informáticos o el boicot a eventos universitarios”.
Considera además como falta muy grave las novatadas, “esas que menoscaban la integridad, que son un acoso colectivo y, lo que es más grave, tolerado desde 1954”, así como el plagio en la tesis doctoral y en los trabajos de fin de grado o master, el acoso y la violencia física o psicológica.
En definitiva, ha dicho la senadora socialista, “el nuevo texto legal regula un régimen disciplinario adaptado a nuestro ordenamiento jurídico que fija claramente qué comportamientos se deben considerar reprochables, así como unas sanciones proporcionables y adecuadas”.