Desde el estallido de la guerra en Ucrania se advirtió de que el aceite de girasol iba a ser uno de los productos más afectados por el conflicto bélico. Esta advertencia comienza a plasmarse en las baldas de los supermercados conquenses y alguno ya está limitando la venta de estos productos, debido a un aumento de la demanda que recuerda a lo ocurrido con el papel higiénico con el estallido de la pandemia del coronavirus.
Ante la posibilidad de que no se pueda comprar aceite de girasol, hay que consumidores están acaparando en sus hogares este producto, sobre todo en los formatos más grandes. Este lunes en uno uno de estos establecimientos comerciales de la capital se limitaba el número de botellas y garrafas de aceite de girasol que cada cliente podía comprar y un día después ya estaba vacía la estantería. En una de las grandes superficie de la ciudad todavía disponen de una variada oferta de este producto, pero está agotado casi la mitad del stock de algunas de las marcas que ofrecen habitualmente.
ASEDAS, Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados, confirma que hay empresas de distribución alimentaria que están adoptando medidas de limitación de venta de aceite de girasol debido al comportamiento atípico del consumidor que se ha producido en las últimas horas.
Esta asociación explica que la demanda anómala afecta a un número muy limitado de productos relacionados con el aceite de girasol procedente de Ucrania y existen alternativas tanto de origen como de producto.
Recuerda esta asociación que España es primer productor mundial en varias de las familias de productos que componen las categorías de grasas vegetales y que “la cadena alimentaria española es extraordinariamente eficiente y tiene suficiente capacidad para proveer al mercado de dichos productos”.