Jorge Sánchez Albendea, presidente de la Junta de Cofradías de Cuenca, se muestra muy animado desde el inicio de esta entrevista. Después de dos años sin procesiones por la pandemia, la Semana Santa de Cuenca volverá a la calle dentro de siete días y el máximo representante de las hermandades es el reflejo del sentimiento de los nazarenos conquenses.
Por fin.
La verdad es que con mucha ilusión, la verdad. Va a ser muy especial esta la Semana Santa, porque según van avanzado los días te vas dando cuenta de que es va a ser histórica, porque nunca habíamos estado dos años parados, excepto cuando la Guerra Civil, fíjate tú. Y va a ser muy especial, porque, por un lado, tenemos esa ilusión y esa alegría de que por fin está la Semana Santa. Pero, por otro lado, también el sentimiento confrontado de la tristeza de muchos nazarenos, de muchos amigos que no vamos a ver. Porque claro, la Semana Santa también tiene ese componente de unión, de amistad, de ese bancero que te juntas con él de año en año en la parroquia. Va a faltar gente. Es una confrontación de sentimientos. Y lo que es a mí, este año me afecta mucho más, porque cuando ves todo eso parece que te responsabilizas más de que todo tiene que salir bien.
Le veo verdaderamente ilusionado, después haberlo tenido que pasar bastante mal estos dos años.
Yo creo que lo pasamos mal todos. El primer año, cuando se suspende la Semana Santa, comunicar eso fue muy doloroso, aunque estábamos en contacto con otras Semanas Santas de Interés Turístico Internacional y poco a poco. Uno decía “hoy voy a suspender yo”, y después otro “mañana yo”. Era algo que iba a caer por su propio pie, pero es que por aquel entonces estaban muriendo 600-700 personas y ahora echa la vista atrás y entonces te da esa tristeza, esa cosa de decir que lo realmente importante eran otras cosas en ese momento. El año pasado… Bueno, pues con las actividades y exposiciones que montamos, pues se fue un poco el gusanillo, por lo menos podíamos estar en la calle, saludándonos unos a otros. Pero la verdad que este año ya hay muchas ganas y mucha ilusión. Ver tantos actos como hemos tenido durante la Cuaresma con tanto éxito, con tantas ganas de la gente… Nosotros creo que contagiamos ilusión, pero también se nos contagia a nosotros.
¿Fue más difícil la segunda suspensión?
Sí, porque yo creo que el primer año, con todos encerrados en casa, pues pensábamos “bueno, el año que viene volveremos” y va avanzando el 2021 y veías que no. Fue difícil. Y luego fue difícil también a nivel organizativo, porque sabíamos que íbamos a estar en la calle, que algo se podía hacer, que debíamos hacer algo, pero es que, al fin y al cabo, nosotros no somos comisarios de exposiciones. Lo nuestro es organizar nuestra Semana Santa, nuestras procesiones. Fue difícil estar en la calle un Domingo de Ramos sin tener nuestra Borriquilla. Fue más difícil, tal vez más doloroso.
“Parece impensable que nosotros estemos celebrando con toda la ilusión mientras en un país europeo se están pegando tiros”
En estos tiempos de pandemia y guerra hemos escuchado, unas veces en broma y otras en serio, comparaciones con las siete plagas de Egipto. ¿Cree en esas cosas?
(risas) ¡Espero que no, pero alguna vez, si lo piensas fríamente, te dices que igual va a ser verdad! Bueno, yo creo que no, que ya se va normalizando todo. Aunque es verdad que que ves las noticias y todo lo que ocurre en el mundo y alguna vez te dices si nos estamos volviendo locos. Parece impensable que nosotros estemos celebrando con toda la ilusión que estamos hablando y en un país europeo se están pegando tiros. La guerra es una de las cosas que es difícil entender que en el 2022 estén ocurriendo, pero ocurre y no tan lejos como pueda parecer.
También se han escuchado teorías conspirativas que alegaban que se hacían coincidir las olas del coronavirus con los eventos religiosos como la Navidad o la Semana Santa.
(risas y mirada de incredulidad). ¡Porque la Navidad no pudimos cenar con nuestras familias! No creo que haya un plan. Yo quiero pensar que en esta vida lo bonito es disfrutar cada uno de lo que le gusta y respetar a cada uno lo que le gusta. Eso es lo bonito. Y yo creo que la grandeza de la Semana Santa de Cuenca es también por algo que los conquenses tenemos superinteriorizado: a uno le puede gustar más o menos la Semana Santa, pero sabes que es importante para Cuenca. Cada uno lo ve desde el fenómeno que quiera, del cultural al meramente económico, porque deja mucho dinero en la ciudad; pero bueno, es algo que une a la ciudad, ¿no? Pues cada uno respeta a su manera, sabiendo que es importante, igual que cuando puede llegar San Julián, San Mateo, el Carnaval… Y ese respeto pues yo creo que aquí en Cuenca lo tenemos.
“En las juntas de Seguridad el Domingo de Ramos nos lleva igual o más tiempo que la procesión Camino del Calvario”
Después de dos años de suspensión, seguro que los hosteleros también les habrán insistido mucho en que este año sí, que si no esto a ser la ruina, que ni se os ocurra suspender…
Date cuenta que Jueves Santo y Viernes Santo llevan sin salir los años de la pandemia, más otro tercero por la lluvia más otro cuarto que no llegó a subir a la Plaza Mayor. porque los desfiles se desviaron por la calle del Peso ante la amenaza de lluvia. Con lo cual, fíjate, Jueves Santo y Viernes Santo, que son los días centrales, lo que puede suponer. Aunque es verdad que, gracias a Dios, está creciendo todo tanto… Fíjate los Domingos de Ramos lo que es el Casco Antiguo de la ciudad!. Es curioso que ahora cuando vamos a las juntas de seguridad, lo que es el Domingo de Ramos, casi que nos lleva igual o más tiempo que la procesión Camino del Calvario. [
También porque se ha montado esa fiesta “postprocesión”, que imagino que este año estará más vigilada tras la prohibición del botellón en la ciudad.
Me imagino. Nosotros siempre solicitamos Ayuntamiento que, una vez que termina la procesión, que es más infantil, con más familias y niños, no se abriese el tráfico hasta las cuatro. Este año creo que va a estar cerrado hasta las siete de la tarde. A mí también me da mucha pena, luego, cuando viene gente y nos echa en cara cómo se queda el Casco Antiguo, sobre todo la zona del castillo. Pero claro, eso no es nuestra responsabilidad. Nosotros llegamos con nuestra Borriquilla y nuestra Virgen, nos metemos en la Iglesia, celebramos nuestra nuestra misa y ya hemos terminad. En lo que ocurre después nosotros no somos competentes ni tenemos nada que ver.
“Hemos intentado, dentro de lo que se puede hacer, ser un poco más precavidos de lo normal”
¿En lo organizativo esta va a ser una Semana Santa especialmente complicada?:
El principal cambio que es el que en el exterior sí que vamos a mantener todas las medidas de seguridad. Vamos a tener una medida de seguridad que ya veníamos haciendo el Domingo de Ramos, sobre todo por controlar los flujos de gente, porque va mucho carrito de niño y hay que tener más cuidado; y sí que hemos tenido un especial cuidado, ser lo más precavido posible, en los interiores de los templos, las iglesias y las llegadas y salidas de las procesiones, para que esas entradas de las hermandades sean de manera paulatina, que no entren todos los hermanos al mismo tiempo. Hemos intentado, dentro de lo que se puede hacer, pues ser un poco más precavidos de lo normal. Eso sí que lo hemos hecho, se está llegando al punto de que en las puestas en andas los aforos a las iglesias están un poco más controlados. Hemos puesto todo lo que podemos poner y lo que está a nuestro alcance.
Este jueves (día que se realizó la entrevista) el Congreso instaba a la eliminación de la mascarilla en interiores. Supongo que eso también incluye de los templos.
Sí, claro, evidentemente. En este asunto, que es verdad que durante la Cuaresma se pregunta mucho, siempre hemos lanzado el mismo mensaje: nosotros vamos a hacer lo que la autoridad sanitaria nos diga en todo momento e incluso más si podemos. Como nosotros somos una voz que se oye mucho durante durante estos días, si podemos alentar a la gente o animar que se cumpla lo que las autoridades sanitarias dicen, pues evidentemente vamos a colaborar al máximo. Nosotros vamos a estar en todo momento a lo que las autoridades sanitarias nos indiquen. A día de hoy no se nos ha indicado nada más allá de lo genérico. Y si de aquí al Domingo de Ramos ocurriese algo, Dios no quiera, evidentemente nosotros lo acataríamos inmediatamente.
Lo de que se lleve mascarilla en exteriores va a ser difícil que se cumpla.:
Los nazarenos vamos tapados, eso es una buena mascarilla y no vamos a ir levantando los capuces para ver si la gente la lleva. Lo que depende de nosotros, pues yo creo que está controlado, creo que no hay absolutamente ningún problema y la gente, los espectadores, espero que muestren la precaución que durante estos dos años yo creo que todo el mundo ha demostrado con lo que en cada momento se nos iba indicando.
“La Junta de Cofradías revierte y multiplica por cien en cualquier sector todo lo que se le da”
¿Es más cara esta Semana Santa que otros años?
Lo que es la Semana Santa no es más cara que otros años. Lo que pasa es que sí que es verdad que nosotros tenemos muchos menos recursos. Cuando mucha gente critica o nos echa en cara que las instituciones como el Ayuntamiento, la Diputación y el Consorcio ayudan económicamente a la Junta de Cofradías… Es verdad, es así, pero yo creo que la Junta de Cofradías revierte y multiplica por cien lo que se le da en cualquier sector: hostelería, tejidos, hoteles, tiendas de velas, tiendas de de todo tipo, publicaciones…. Y luego sin olvidar una cosa, que son las propias hermandades las que más aportan a la Semana Santa de Cuenca, eso es importante. Está bien que nos ayuden, pero somos nosotros los que más ponemos. Debido a que las hermandades, al no tener durante dos años su principal fuente de ingresos, que la subasta de banzos y enseres, el presupuesto es mucho menor que estos años. Sabemos de partida, así lo hemos dicho y así se aprobó, que el presupuesto de la Junta de Cofradías va a tener un déficit importante; pero que, mal está echarse flores, es perfectamente asumible porque durante estos últimos años la Junta de Cofradías ha hecho un ejercicio económico superprudente y ha hecho un colchón para ahora hacer frente a estas situaciones. Evidentemente, nadie sabía que iba a haber aquí una pandemia, pero estábamos preparados para cualquier inconveniente económico que hubiese. Por lo tanto, nuestros desfiles procesionales no se van a ver menos acabados por el tema económico, ni mucho menos.
¿Cómo va económicamente le museo de la Semana Santa?
os patronos -Ayuntamiento, Diputación, Construcciones Sarrión y la propia Junta Cofradías- han estado aportando lo mismo que años anteriores, con lo cual el funcionamiento ha sido normal. Estamos muy contentos de lo que va de 2022, porque la verdad es que las exposiciones están resultando superatractivas. El museo está teniendo muchísima vida. La exposición que vamos a inaugurar ahora –‘Joyas de la Pasión’, que se inauguraría minutos después de esta entrevista– creo que es una verdadera pasada; tener aquí obras del siglo XVII que estaban por toda la Diócesis de Cuenca y que se van a ver aquí, y que va a haber otras obras que van a venir a lo largo de los próximos años gracias al acuerdo que hemos llegado con Diputación, yo creo que también ponen en el Museo la Semana Santa como un referente cultural y artístico que creo que es digno de verse. Por eso vamos a tener esta exposición hasta finales de mayo.
Cuando la ciudad necesitaba que todo el mundo ayudase, las hermandades de Semana Santa han estado ahí”
En varios actos ha insistido en el papel solidario de los nazarenos, tanto en la pandemia como ahora, con la crisis de los refugiados de la guerra en Ucrania. ¿Eso es hacer ciudad?:
Pues yo creo que sí, eso hace ciudad. Sobre todo ver que las hermandades, con su modestia, en los momentos difíciles buscaban mascarillas, hacían donaciones de todo tipo, compraban máquinas de ozono para desinfectar a los sanitarios. Bueno, pues creo que muy modestamente, cuando la ciudad necesitaba que todo el mundo ayudase, cada uno como pudiese, las hermandades de la Semana Santa han estado ahí y ahora ya parece que lo vemos todo lejos, pero es que eso fue hace dos años nada más.
También han reaccionado rápidamente ante la crisis de refugiados de Ucrania.¿Esa labor ha contribuido a que haya gente no se desenganche de su hermandad? Porque una persona que lleva 40 años saliendo no se va a desenganchar, pero esta crisis ha podido pillar a chavales que estaban comenzando a participar en la vida de sus hermandades antes de la pandemia.
Pienso que ha enganchado todo. Yo creo que en el acto del 4 de febrero y la presentación del cartel conseguimos lo que buscábamos, que fuese su lanzamiento, decir “oye, que sí, que estamos aquí”. Yo creo que poco a poco se ha ido volviendo a la ilusión, creo que ha ido evolucionando desde el 4 febrero muy positivamente. Yo después de ver la Procesión Infantil infantil me he quedado muy tranquilo, porque ver lo que vimos el sábado… Cuando subía con el coche a las diez y diez hacia la Junta de Cofradías y ver ya tantos niños vestidos por la Puerta Valencia, por El Salvador, por la calle del Peso… De verdad que yo no me duelen prendas decir que me emocioné.
La Procesión Infantil es un indicador muy importante del arraigo que tiene esta Semana Santa”
La Procesión Infantil es con diferencia la que saca más pasos a la calle de Cuenca y, a este paso, lo va a ser también de la Cristiandad.
Ya quedaban pocas hermandades sin salir y yo creo que al final van a salir. Vamos a tener que alargar el recorrido porque si no, cuando esté saliendo el último va a llegar el primero. Pero fíjate esto, esto de la Procesión Infantil nació a raíz de la Escuela Nazarena, y estoy hablándote hace catorce años, no más en catorce años, dos de pandemia incluidos más otro de lluvia, y fíjate lo que se ha conseguido. Yo creo que eso es un indicador también muy importante del arraigo que tiene esta Semana Santa y que de verdad que es algo que tenemos todos, que sabemos que es de todos los conquenses. Tantos niños nos hacen estar tranquilos de que hay un relevo generacional que le importe, le interesa y entiende lo que es la Semana Santa.
En estos dos años sin procesiones habrá tenido tiempo para coger perspectiva y dar vueltas a posibles cosas que haya que corregir.
Speaker 2: Me ha hecho pensar mucho, mucho. Y hay muchas ideas y hay muchas cosas que mejorar en la Semana Santa en Cuenca, pero también entiendo que debemos ir poco a poco. Y lo más importante es, después de estos dos años, que cuando vuelvan nuestros desfiles a la calle, volvamos a no perder nuestras señas de identidad, lo que siempre he dicho: nuestro orden procesional, nuestra devoción, el silencio. Es verdad que tenemos que seguir mejorando muchas cosas, muchos detalles. Pero este año creo que es importante que cuando salgamos a la calle parezca que estos dos años no han existido y que todo sigue igual y que la participación sigue siendo alta. Creo que es importante en este año y el año que viene, ver los cimientos que tenemos y, a partir de ahí, pues creo que hay muchas cosas que hay que mejorar.