Comienza la cuenta atrás para la reapertura del restaurante Casas Colgadas. El alcalde de Cuenca, Darío Dolz, y el chef Jesús Segura, cabeza visible de Tranto Restauración, concesionaria de la explotación de este establecimiento de titularidad municipal, han firmado el contrato que permitirá la reapertura del espacio gastronómico situado en el edificio más emblemático de la capital.
Desde este mismo momento se abre un plazo máximo de dos meses para la puesta en funcionamiento del antiguo mesón, fundado en 1965. El contrato tiene una duración de quince años, con un montante de unos 50.000 euros cada anualidad, que el concesionario debe abonar en mensualidades.
Durante el acto de entrega de llaves, el primer edil de Cuenca ha recordado el largo camino que se ha andado para reabrir un inmueble “que ha estado cerrado desde 2013 y ha sufrido reformas, adaptaciones y hasta el COVID, que obligó a modificar los plazos de las obras de remodelación.
De esta obra, Dolz destaca la recuperación de la Casa de la Sirena, que estaba prácticamente en ruina, así como la posibilidad que tendrán los clientes de comer en los balcones de este inmueble declarado Bien de Interés Cultural. El alcalde, que cree que el Casas Colgadas está llamado “a ser la estrella de los restaurantes conquenses”, pondrá facilidades si se plantea la utilización de la Plaza de Ronda como terraza.
“Es una ilusión volver 22 años después a mi casa, porque fue mi primer lugar de trabajo”, recuerda Jesús Segura, que agradece a las entidades públicas el esfuerzo que han hecho para rehabilitar un edificio del siglo XV “y llevarlo al siglo XXI”. También ha agradecido a sus socios, presentes en la firma, su apoyo en la puesta en marcha de este proyecto en el que se desarrollará la filosofía gastronómica, basada en la cocina de secano y el producto de cuenca, que ha llevado a Segura ha ganar la estrella Michelin en Trivio.
Este espacio gastronómico estará compuesto, en realidad, por dos restaurantes con propuestas diferenciadas, “Casas Colgadas” y “Casa de la Sirena”, algo similar a lo que Segura y sus socios proponen en Trivio, que mantendrá su actividad en la calle Colón, que ha sido el “campamento base” en el que se ha comenzado a trabajar en el nuevo proyecto. La capacidad total rondará los 50-60 comensales.
En las últimas semanas se han solventado algunos cabos pendientes, como el acceso de minusválidos, y a partir de ahora la empresa concesionaria se encargará del mobiliario y de otros aspectos como la página web. “Ahora falta correr mucho para cumplir los plazos con los suministros y materiales”.
Segura avanza que, aunque el grueso de la plantilla ya está elegida”, la necesidad de personal va a ser importante y necesitan personal. El restaurante Casas Colgadas creará entre catorce y dieciséis puestos de trabajo.