El concierto de Kanteo en la Sala Directo Cuenca fue una celebración de la amistad. Mirabas a tu alrededor y podías afirmar con orgullo “sí, esta es mi gente”. Son las mismas personas que han estado ahí, en primera fila de los conciertos, durante tres décadas y que no podían faltar a esta cita. A unos los conoces de vista y a otros llevabas años sin verlos, pero no puede haber mejor compañía que estas personas con las que tantas veces han compartido latidos junto al altavoz en una noche de rock.
Kanteo hizo un amplio recorrido por el panorama musical de los Noventa de Cuenca y faltaron muy poquitas personas en la Directo, donde también estuvieron presentes aquellos que se marcharon prematuramente. Unos se fueron en aquella época tan prodigiosa como cruel y otros nos han ido dejando de manera inesperada durante estos treinta años, algunos hace unos pocos días. Ellos también forman parte de esta tribu urbana integrada por conquenses de distintas edades que se congregó en la sala de la calle Poeta Diego Jesús Jiménez para reivindicar un espíritu punkrockero que forma parte de nuestro fondo de armario.
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