En un escenario Solán de Cabras convertido en club de jazz, sin humo de tabaco pero con algunos mosquitos que no quisieron perderse la velada en la calurosa noche de Cuenca, Sole Giménez honró el Premio Manuel Margeliza de Estival al poner su voz al servicio de una serie de compositoras que, en muchas ocasiones, han visto cómo su nombre va en pequeñito, como las letras de los anuncios de productos financieros, a pesar que que la canción que firman es pieza de museo.
Piano y voz son a los conciertos lo que el pan con chocolate a las meriendas: la apuesta más sencilla y segura. Edgar Oliveiro acompañó a la cantante en este recital que fue un ejercicio didáctico y de memoria, una clase cantada magistralmente por la que fuera voz de Presuntos Implicados.
En esta noche jazzística se alumbraron con luces de neon los nombres y apellidos de mujeres que son menos conocidas por el gran público de lo que deberían. Quizás unos pocos más conozcan a la poeta Gabriela Mistral y el polvo todavía no ha cubierto completamente la fama de Mari Trini y Cecilia, pero son menos quienes saben que Isolina Carrillo es la autora que hay detrás del ‘Dos Gardenias’ que hizo suya Antonio Machín; o que es la mexicana María Graver quien compuso la letra de aquella ‘Muñequita Linda’ que cantaba Nat King Cole en español, canción que, en realidad, responde al título de ‘Te quiero, dijiste’. Sole Giménez interpretó estos temas y contó estas historias en un esfuerzo de reivindicación de unas compositoras que abrieron una brecha en un mundo artístico que todavía hoy tiene aroma a macho.
La cantante se acordó también de dos autoras actuales, Natalia Lafourcade y María Rozalén, para exponer un panorama musical de la composición femenina del último siglo. En el repertorio se colaron un par de nombres masculinos, los del poeta Miguel Hernández y del conquense José Luis Perales, homenajeado en su tierra por Giménez con una versión a ritmo de jazz del ‘¿Por qué te vas? que popularizó Jeanette’.
En el tramo final, en el que la cantante cantó bajo la luz de las farolas para espantar a los bichejos voladores que se habían puesto de acuerdo para salir de marcha esa noche, sonaron algunas canciones del repertorio clásico de la artista, el ‘Cómo hemos cambiado’ y ‘Alma de Blues’, dedicada a Billie Holiday, grande entre las grandes, cierre inmejorable para este elegante homenaje a las mujeres de la música.
La sanclementina Laura Moreno, debutante en Estival que dejó muy buen sabor de boca, abrió un concierto con lleno absoluto en el Parador de Cuenca.
FOTOS: SEBASTIÁN MARTÍN. PINCHA PARA AMPLIAR