Se ha venido comentando mucho últimamente la cuestión de que en Cuenca, desde las últimas elecciones tanto generales, como autonómicas y locales, se ha producido la circunstancia de que las cuatro administraciones, con mando en plaza, que afectan a todas las instituciones que gobiernan tanto en el Gobierno Central como en los más cercanos (Castilla la Mancha, Diputación provincial y Ayuntamiento de la capital conquense) son del mismo partido (el socialista). Este hecho sirvió para que un grupo de supuesta obediencia “conquensista”, Cuenca nos Une, con nada menos que 6 concejales, se decantara por apoyar, sin ambages ni medias tintas ,al candidato socialista de la capital para la alcaldía (con 11 concejales cuando se necesitan 13 para la mayoría absoluta). Lo hicieron con el argumento de que se podrían conseguir grandes inversiones e infraestructuras para Cuenca habida cuenta de esa “conjunción astral” de las cuatro administraciones del mismo signo político.
Ese “grupo” político colaboró incluso durante la primera parte de la legislatura con el grupo mayoritario socialista, para después marcharse casi dando un portazo por la nula voluntad política del grupo mayoritario de presionar a las administraciones nacional y autonómica (las únicas que disponen de dinero y de medios) para acometer esas grandes e importantes inversiones que Cuenca necesita desde hace décadas para salir del ostracismo, la desidia, el abandono y la despoblación. No obstante, a Cuenca nos Une nos le han dolido prendas a la hora de colaborar por acción o por omisión en proceso de eliminación del tren convencional que unía Madrid con Valencia por el camino más corto, 100 km menos que la vía de Albacete, atravesando y vertebrando gran parte de la provincia de Cuenca (supresión de 20 estaciones que daban servicio en nuestra provincia a otras tantas localidades y sus áreas de influencia). Los demás grupos de la oposición en el ayuntamiento capitalino se han opuesto al atropello (PP, Cuenca en Marcha y Ciudadanos). Todo ello no ha sido obstáculo para que el PSOE se saliera con la suya y ya el servicio haya dejado de funcionar desde el día 19 de julio. Con una oferta de transporte por carretera mediante autobuses y otro tipo de movilidad “a demanda” que veremos en qué queda. Solo nos queda la esperanza de que no se levanten las vías (daño que sería irreparable) y en algún futuro no muy lejano y con otro gobierno y otras administraciones se pudiera restablecer el servicio modernizándolo y mejorándolo con fines turísticos para transporte de viajeros, mercancías . A tal fin, Solo serían necesarios, según los expertos unos 150 millones de euros que supondrían tan solo un 0,75% de los 24.000 millones de los fondos europeos destinados para la mejora y modernización del tren convencional en España, pero que el Gobierno piensa invertir en cualquier sitio MENOS EN CUENCA.
Es decir, la “conjunción astral” de las 4 administraciones socialistas se salda en Cuenca con la eliminación de nuestro tren convencional, sin acometer la prometida, desde el Gobierno socialista de Barreda en la región allá por el 2004, autovía Cuenca-Albacete, sin cerrar la autovía a Toledo, sin vislumbrar ni de lejos la autovía a Teruel. Todo ello tras, en distintas etapas (Bono, Barreda, Page), 36 años de gobiernos socialistas en Castilla- La Mancha por 4 del PP (Cospedal). Por cierto , 4 añós del PP en los que tampoco se hizo nada, salvo arrebatarnos el Conservatorio Superior de Música de CLM para dárselo a Albacete, a pesar de haberlo prometido insistentemente para Cuenca desde ese partido.
Está claro que Cuenca, para TODOS los gobiernos pasados y presentes, es poco menos que un grano molesto, un territorio despoblado que solo sirve para rebajar la media del PIB regional y así conseguir fondos extras que después se invierten en otras provincias de la región, o para trasvasar agua a territorios más ricos del Levante español y de cuyo canon de compensación no tenemos noticias de inversiones en nuestra provincia puesto que el Gobierno regional los distribuye arbitrariamente.
Pero no es la primera vez que se da esa conjunción de administraciones del mismo signo. Ya sucedió en el período comprendido entre 1987 y 1995 en que confluyeron también los socialistas en el Gobierno Central (González), en el autonómico (Bono), provincial (Arribas y Muelas) y en el local de la capital (M. Cenzano). El balance de aquella otra “conjunción histórica” de gobiernos socialistas se saldó con los siguientes “logros”: pérdida de la capitalidad regional en beneficio de Toledo, pérdida de la parte mollar de la Universidad de Castilla-La Mancha con su Rectorado incluido que se nos fue a Ciudad Real, y las mejores carreras e institutos de investigación se los repartieron la propia Ciudad Real, Albacete y Toledo, pérdida de la autovía Madrid-Valencia que se construyó siguiendo el trazado de la N-III por Motilla del Palancar a 70 km de la capital provincial, cosa que se quiso compensar con la no acabada Autovía de Castilla-La Mancha que muere en Tarancón, para después proseguir hasta Ocaña y quedar parada allí per “secula seculorum”, pérdida de la saneada Caja de Ahorros de Cuenca que se convirtió en Caja Regional, para al final quebrar y ser vendida al mejor postor, pérdida del Centro Regional de RTVE que, como consecuencia de la capitalidad toledana, se nos fue para allá, pérdida del Tribunal Superior de Justicia de CLM que se nos fue, de nuevo, a Albacete. Se consiguió que el AVE Madrid-Levante pasara por Cuenca, pero que por espúreos intereses urbanísticos, se situó la estación a 6 km de la capital y al lado de un vertedero de basuras maloliente donde allí sigue. Ahora se pretende que la estación del AVE “Fernando Zóbel” supla el servicio que, para toda la provincia, daba el ferrocarril convencional con sus 20 estaciones eliminadas de un plumazo. ¡Craso error! Un servicio de autobuses que, según se ha visto, incrementa el tiempo de viaje entre Madrid y Valencia en 2 horas más respecto a lo que tardaba el tren, sin lavabos ni cafetería, sin la posibilidad de llevar mascotas ni bicicletas, nunca puede ser una buena alternativa al tren. Además, un tren, mejorado y modernizado para mercancías y viajeros, es menos contaminante y quita tráfico de autobuses y camiones de las carreteras. Disminuye la huella de carbono y puede potenciar las posibilidades de desarrollo industrial de nuestra provincia. Pero esto último parece que no cabe en las cabezas de nuestras autoridades que lo único que ven es pelotazos urbanísticos por doquier, sin darse cuenta de que cada vez va a quedar menos gente en la provincia para adquirir esas nuevas promociones. ¿Tendremos que esperar a la próxima “conjunción astral” de gobiernos del mismo signo para acabar echando el cierre de la provincia?
Atentos a la jugada…
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