Opinión

El Ferrocarril, según García-Page, y la desconfianza democrática

El 24 de mayo de 2013, Emiliano García-Page viajó en tren regional desde Guadalajara hasta Sigüenza, para reivindicar las líneas de ferrocarril convencional, que el Gobierno de Rajoy pretendía cerrar en Castilla-La Mancha, por ser no ser rentables.    

En el viaje hizo declaraciones, recalcando que las líneas que quería eliminar Rajoy eran “tan deficitarias, en términos económicos, como … hace años“. Y preguntó: “¿Alguien sabe qué línea de tren es rentable en España? Ni una,” respondió García-Page.   

Para completar su intervención, dijo: “en la vida no todo tiene que ser rentable, simplemente el Estado está para cubrir lo que es necesario …. si midiéramos con un criterio de rentabilidad, … no tendríamos guardia civil, ni policía, ni ejército”.  

Después de defender el tren alegando que: “el transporte ferroviario cumple un papel fundamental en la vertebración territorial de la provincia”, arremetió contra Dolores de Cospedal (a la sazón lapresidenta de Castilla-La Manchaafirmando:”si malo es que Rajoy quiera suprimir el tren, peor aún es que Cospedal diga que está de acuerdo con que lo suprima, es algo increíble“.   

El 13 de julio del año 2020, García-Page, firme en su defensa del ferrocarril, avisó al ministerio competente de que el gobierno de Castilla-La Mancha: “no va a dudar en pedir ceses o dimisiones dentro del Ministerio de Fomento si no se recuperan servicios de ferrocarril que han sido suprimidos durante la crisis sanitaria y que no se han recuperado”.   

Además, denunció que “algún técnico con un alto cargo está haciendo estropicios quitando líneas de tren por no ser rentables”. Insistiendo en su opinión: “Nunca una línea de tren ha sido rentable, ni siquiera el AVE. Nadie cuenta lo que costó hacerlo”.  

A la vista de estas declaraciones -de los años 2013 y 2020- preguntamos ¿cómo entender que el presidente haya abandonado la defensa del ferrocarril convencional y colabore con su cierre? porque con esta actuación no sólo traiciona sus planteamientos, sino que quebranta su lealtad con Castilla-La Mancha.   

Por esta deslealtad, parte de la ciudadanía de Cuenca considera que García-Page es poco fiable. Y es un problema no tener confianza en el presidente del gobierno regional, porque la confianza es como una “institución invisible“, que mejora la calidad de la democracia y facilita el buen gobierno.   

Confiamos en los dirigentes que tienen un comportamiento recto, se preocupan por los intereses de la ciudadanía y nos permiten vivir tranquilos, porque su actuación es previsible. Es decir, confiamos en ellos porque son decentes y cumplen sus promesas, actuando de acuerdo con sus compromisos electorales.  

De acuerdo con los criterios de rectitud, honestidad y compromiso, es difícil confiar en García-Page mientras presenciamos la degradación de su gobierno. La Junta ha optado por defender intereses particulares (aunque sean de Costa Rica y Puerto Rico), incumple sus promesas electorales (de modernizar todas las líneas férreas) y no atiende las necesidades de la ciudadanía.   

Su actuación en Cuenca está dirigida a impedir que la ciudadanía tenga tren gratis, fomentar la privatización de terrenos de dominio público, promover pelotazos urbanísticos y aprobar leyes torticeras que propician la instalación de macrogranjas.   

Las injustas medidas del gobierno regional han deteriorado la relación del pueblo con sus representantes, ocasionando desconfianza democrática. La ciudadanía rechaza un gobierno que abusa de su poder y manipula: llamando planes de movilidad al cierre del ferrocarril, o moratorias de ganadería industrial a la promoción de nuevas macrogranjas.   

Afortunadamente, en nuestra democracia de la desconfianza han proliferado los movimientos sociales (como “Pueblos con el tren”, “Plataforma por un ferrocarril público y social”, “Pueblos vivos”, “Plataforma Stop macrogranjas”, “Cuenca Ahora”, etc.), que se dedican con coraje cívico, a la vigilancia y control de las actuaciones arbitrarias de la Junta.   

Comparto la lucha de estos movimientos contra los abusos del poder regional, que miente, manipula, incumple sus compromisos electorales, vulnera los derechos de la ciudadanía y, de forma antidemocrática, impide que viajemos gratis en el tren Madrid-Cuenca-Valencia. Por todo lo expuesto, en señal de protesta haré un plante a las once de la mañana del día 6 de septiembre de 2022, ante la llamada Casa del Pueblo de Cuenca. 

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