Juan Vicente Sampedro Cortes (Valencia, 1954) por su novela ‘Llámame Charo’ es el reciente ganador del I Certamen Internacional de Novela “Fundación Los Maestros” dotado con seis mil euros, dado a conocer el pasado 5 de diciembre en la localidad conquense de Tragacete.
La historia de Rosario Pano, ex monja de clausura, ha sido la ganadora de la primera edición de este certamen al que han concurrido más de cuatro centenares de obras originales y es la tercera novela publicada de este escritor afincado en la pequeña localidad leridana de L’Albi, en la comarca de Las Garrigas. Tras su jubilación como funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España y como corresponsal de La Vanguardia en Senegal, ha iniciado una intensa labor como escritor animado por un premio de narrativa breve que ganó en 2019, “convocaron aquí cerca de donde yo vivo un premio de narrativa breve con el tema de “Los Lobos”, porque en esta zona hubo muchos en siglos anteriores. Era mi primer relato corto, porque hasta entonces sólo había escrito crónica política y de actualidad. Esa gran sorpresa fue la que me animó a seguir escribiendo”, confiesa Juan Vicente Sampedro. Desde entonces ha ganado el Premio ZYRYAB de narrativa (2019), ha sido finalista del Premio de novela negra SED DE MAL con la novela ‘El asesino del santoral’ (Ediciones Atlantis, 2021), y ha publicado la novela ‘Siempre Raquel’ (Editorial Baker Street, 2022).
Aunque ‘Llámame Charo’ no haya sido su primera novela publicada, sí fue la primera que le animó a escribir “he estado puliendo detalles durante tres años”, relata. Buscando la exactitud de los detalles de una obra ubicada en la primera postguerra, la novela arranca cuando la protagonista huye a Francia desde su convento de clausura en Barbastro y al regresar a España, una vez finalizada la guerra civil, colabora para salvaguardar la vida de decenas de familias judías que huyeron a través de España del exterminio nazi. Una historia basada en “hechos reales acontecidos entre 1941 y 1945, cuando cerca de 740 judíos obtuvieron refugio en el Convento de las Clarisas Capuchinas de Barbastro, desde donde se les facilitó la salida a países en los que pudieran estar a salvo”.
“Cuando me jubilé se me plantea el conflicto de cómo ocupar esas ocho o nueve horas que dedicaba a mi actividad profesional”, explica Juan Vicente. “No soy hombre de huerto, ni bricolaje, no distingo una cola de una lechuga, ni sé por dónde se cogen unos alicates. Podía ir a la biblioteca, de hecho voy mucho. Voy hoy y paso allí cuatro horas, ¿mañana voy otras cuatro horas? ¿y pasado? Tenía que buscarme una ocupación. Decidí dedicarme a mis dos aficiones: los libros y las motos. De hecho había estado dos veces antes en moto en Tragacete. En la primera de ellas había lluvia y frío suficiente como para no volver, y la segunda nieve y resbalones como para no volver, pero a la tercera, he regresado para recoger este premio. “
Centrándonos en la novela ganadora de este I Certamen Internacional “Fundación Los Maestros”, narra un hecho “que aunque no es muy conocido, sí que está documentado que hubo familias judías que utilizaron España como vía de huida hacia Oporto, que en ese momento era el puerto principal de Portugal porque el de Lisboa era muy arenoso y no podían atracar buques de gran calado. Se calcula que fueron unos doce mil judíos los que utilizaron esa vía de escape, por lo que necesariamente la gran mayoría tuvo que cruzar España por diferentes vías. En esos años las autoridades españolas jugaron al filibusterismo político siendo colaboradores de los nazis y comprometiéndose a detenerlos, pero luego no lo hicieron. Lógicamente el camino de Santiago era la ruta más fácil para recorrer los novecientos kilómetros que hay entre la frontera francesa y Oporto. Entonces descubrí los hechos reales acontecidos entre 1941 y 1945, cuando cerca de 740 judíos obtuvieron refugio en el Convento de las Clarisas Capuchinas de Barbastro. Lo demás ya es pura novela.”
“La protagonista es Charo, una monja de clausura que huye de este convento cuando es tomado por gente del Frente Popular con cierta facilidad para matar religiosos. Cruza hasta Pau, una acogedora ciudad del sur de Francia que aún mantiene las construcciones en cuatro alturas, algunas calles adoquinadas y que sigue siendo conocida por sus pastelerías. Allí reconstruye su vida fuera del convento y cuando comienza la Segunda Guerra Mundial decide regresar a España”, explica el autor.
Una novela en la que además de Charo, hay un elenco de personajes que dan forma a los distintos planos de la narración como la figura del cura Don Francisco, que huido con Charo a Francia, se convierte en reflejo de una iglesia distinta de la ortodoxia franquista, o Luis Aguirre “abogado ilustre de Zaragoza, de familia de rancio abolengo que sale de la Guerra Civil con mucho prestigio y mucho dinero, pero que pone todo su empeño, contactos y recursos en poner a salvo a las todas estas familias”, explica Juan Vicente Sampedro. “La novela narra muchas otras cosas como las relaciones laborales, matrimoniales y los conflictos familiares de una época”, incluso con gotas de novela negra, género al que pertenecen las anteriores novelas de este autor, “qué duda cabe que en este periodo tan oscuro de la historia de España hay muchos personajes de todo pelaje moviéndose en el anonimato”. También tiene algo de road-movie, no en vano, la novela relata con todo detalle las carreteras, caminos y medios de transporte infernales de esta España arrasada por la Guerra Civil.
La riqueza argumental de la novela pasa también por hacer un retrato de una familia tradicional de provincias en al que la muerte de una de las hijas durante la práctica de un aborto clandestino forzado rompe en pedazos a la familia. “Este es un acontecimiento que marcará a todos los miembros de la familia de Charo con consecuencias devastadoras en todos ellos”. Como explica el novelista, “me gusta describir a los personajes incluso físicamente para que el lector los construya en su mente aunque desaparezcan temporalmente de la trama y no regresen hasta ocho o diez capítulos después”.
La edición en papel de “Llámame Charo” a cargo de la editorial Palabras de Agua “será inmediata en todas las librerías y plataformas de venta online, porque hemos trabajado muy duro para que esté disponible para estas navidades. Ahora tengo los dedos de las manos y los pies cruzados para que la novela sea un éxito y haya cada vez más gente que conozca la labor que hace Fundación Los Maestros desde una pequeña localidad de la sierra de Cuenca, pues la labor que está haciendo es fantástica y entre todos hagamos de altavoz a esta manera diferente de enfrentarse al reto demográfico”.
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