Opinión

Vigésimo plante en defensa del ferrocarril

Fernando Casas

El próximo martes 20 de diciembre, llevaremos a cabo a las seis de la tarde, el vigésimo plante en la Estación de Cuenca, para defender la línea de ferrocarril convencional Madrid-Cuenca-Valencia. Será el último del presente año, pero estamos dispuestos a seguir con plantes durante el año 2023, mientras no se revierta la desconcertante decisión de clausurar el tren.  

Comenzamos los plantes frente a la denominada Casa del Pueblo de Cuenca, a finales de julio. El propósito era hacer pública nuestra indignación por el cierre del ferrocarril, llevado a cabo por los gobiernos central y regional, sin contar con la participación de la mayoría de los pueblos de la provincia y en contra de las leyes vigentes. Convencidos de que la política en democracia debe promover la participación, consideramos inaceptable que los poderes públicos impongan por decreto desmantelar el tren, después de que la Unión Europea proclamara el año 2021 como el Europeo del Ferrocarril y que la Estrategia Regional contra la Despoblación (2020) sostuviera que el tren es indispensable para fijar población.  

Con nuestros plantes semanales en defensa del ferrocarril, pretendemos llamar la atención de la sociedad civil y la clase política, sobre la contradictoria decisión de la Junta de Castilla-La Mancha, que colabora en la destrucción de la línea férrea, en perjuicio de la provincia más despoblada de la comunidad autónoma. Protestamos contra la doble discriminación que el gobierno de García-Page lleva a cabo en Cuenca. No sólo no invierte en la renovación del ferrocarril parte de los fondos europeos de Renovación y Resiliencia (Next- Generation), sino que su discriminación causa un grave perjuicio a muchos pueblos de la provincia más despoblada de la comunidad autónoma. Es un disparate, sin paliativos, clausurar la línea cuando el tren de media distancia es gratuito, impidiendo que las personas que viven en los pueblos puedan disfrutar, por vez primera en su historia, de un estupendo beneficio.  

Estamos convencidos de que hay que ser persistentes en la defensa de la modernización del ferrocarril convencional porque, como ha puesto de relieve la crisis energética, en el tren está el futuro. Rechazamos la destrucción de la línea, porque significa despilfarrar un servicio público valorado en más de 1000 millones de euros, que renovado garantiza un desarrollo sostenible. Creemos que la política democrática es el mejor mecanismo para tratar de resolver, de forma pacífica y consensuada, este conflicto de intereses; pero nada tiene que ver con una política democrática  imponer la destrucción del tren, especular con el patrimonio público y promover pelotazos urbanísticos para empresarios amigos.  

Defendemos un plan de movilidad integral de la provincia, que no cause daños irreparables a nadie y favorezca los intereses de la ciudadanía de Cuenca en su conjunto. En consecuencia, pensamos que es perfectamente compatible modernizar la línea de ferrocarril convencional y contar con autobuses de las Áreas Supramunicipales de Transporte (ASTRA), para conectar los pueblos que carecen de tren. Sería una combinación óptima disponer de un Plan de infraestructuras, que comprenda el tren y Astra.  

Convencidos de que la política en democracia debe encontrar espacios de acuerdo, que permitan resolver los conflictos planteados, dudamos de que sea una acción política atinada la destrucción de la línea férrea, el año que celebramos el cuarenta aniversario del Estatuto de Autonomía. Nos parece que restablecer el tren sería más justo, para promover los derechos fundamentales de la ciudadanía de las zonas despobladas. Es de gran importancia la mejora del ferrocarril convencional, para avanzar en cohesión social, vertebración territorial y favorecer la proyectada Estrategia regional de infraestructura verde de Castilla-La Mancha. 

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