El grupo de coros y danzas Voces y Esparto celebró la pasada noche del 26 de agosto su XXVI Muestra de Folclore en un parque de San Julián a rebosar de público, un lleno absoluto. En la muestra participó también como invitado el grupo murciano La Seda, provenientes de La Alberca se trata de la Peña Huertana más antigua de la región ocupando el primer puesto en la federación de peñas y teniendo como presidente honorífico al actual rey Felipe VI. Un grupo reconocido en el mundo de la música tradicional, con una calidad musical y una puesta en escena a la altura de la Feria de San Julián.
Por lo visto lo bueno se hace esperar y tras media hora de retraso conforme al horario establecido dieron comienzo las actuaciones a las nueve de la noche. La Seda fueron los encargados de dar comienzo a la velada, transportando a la plaza hasta tierras murcianas con un recopilatorio de malagueñas, jotas y bailes boleros. Guitarras, bandurrias, laúdes, instrumentos de viento y percusiones tan tradicionales como una tinaja golpeada con una alpargata, proporcionaron el ambiente perfecto para las danzas casi acrobáticas del cuerpo de baile. Voces y Esparto propuso una forma de actuación distinta en la que se quiso mostrar una representación más real y desenfadada de cómo los conquenses disfrutaban de sus fiestas hace 200 años. Tradición viva en la que los miembros del grupo actuaban creando una escena costumbrista donde las niñas jugaban en el suelo entre baile y baile, se mantenían habituales conversaciones y los botijos calmaban la sed. Además representaron actos más concretos como una escena de bodas donde no faltaron los vivas por los ficticios novios y el cura que les casó, o una escena de un ciego que acompañado de su joven lazarilla pedía limosna tras cantar un romance rescatado en la provincia sobre un sacerdote con un voto de castidad bastante cuestionable. Cuenca, al igual que cada rincón de la geografía española, es rica en tradición. Una riqueza igual de incalculable que la labor de asociaciones como estas que sin ayuda directa del Gobierno mantienen viva el recuerdo de una España pasada. Una España religiosa, rural y castiza ya olvidada por una sociedad que parece huir del campo y estos valores tradicionales. Solo el tiempo reconocerá esta labor por recuperar y preservar músicas que llegan a los escenarios tras siglos de tradición oral.