La jornada flamenca de Estival Cuenca cosechó un nuevo éxito ante el público enfervorizado que llenó el Parador de Cuenca para el concierto de Israel Fernández, acompañado en su segunda incursión en el festival conquense por Diego del Morao.
“¡Eres el mesías del flamenco!”, le gritó uno de los espectadores a Israel Fernández durante su actuación en el escenario Solán de Cabras. Al igual que el fútbol buscó durante mucho tiempo a un nuevo Maradona hasta que apareció Messi, el flamenco también quiere encontrar a su nuevo Camarón y el cantaor de la localidad toledana de Corral de Almaguer ha sido uno de los últimos en incorporarse a la terna de posibles Elegidos. Al final, es el tiempo será el tiempo el que ponga los carteles de leyenda, pero las lágrimas que consigue saltar en los ojos de los espectadores indican que no va por mal camino.
Israel Fernández ofreció en el tablao sobre la hoz del Huécar Estival un concierto muy tradicional, con sabor añejo. Los contenidos amorosos cobraron especial protagonismo en la primera parte del repertorio, con coplillas la becqueriana “Por una mirada, un mundo, por una sonrisa, un cielo, por un beso… ¡yo no sé qué te diera por un beso!” o con tanguillos como aquel que dice “24 horas del día. 24 horas que tiene. Y si tuviera 27. Tres horas más te querría”. A veces se asocia el cante flamenco al sufrimiento y lo que ocurre es que, como hace Fernández, a veces hay que cantar muy profundo para penetrar los corazones con corazas más duras.
Fernández también cantó por bulerías, jugueteando con algunas de ellas para introducir guiños como la ranchera Cielito lindo, y culminó su actuación con los fandangos y sus temáticas más ásperas y desgarradas, pero con su reivindicación a esa libertad que no se puede comprar.
A lo largo de toda la actuación Israel Fernández desplegó de forma sostenida un cante con temple, con subidas que elevaban las pulsaciones del público. Sin embargo, también quedó cierta sensación de que el cantaor se contuvo y no sacó toda su artillería. En cualquier caso, del toledano podemos decir lo mismo que de Messi, que incluso jugando andando es el mejor.
Mención aparte hay que hacer a Diego del Morao, genialidad pura con la guitarra. Israel Fernández le cedió gran parte del protagonismo de la velada para que el público de Cuenca contemplara la agilidad de esos dedos que viajan por las cuerdas de la guitarra con el mismo entusiasmo que los niños chapotean de charco en charco.
La velada comenzó con la actuación de Pasión Flamenca, cuadro conquense encabezado por Manuel Bustamante que para su estreno en Estival contó con la colaboración del trompetista Enriquito.
SALVADOR SOBRAL Y PAULA SERRANO
Estival Cuenca cierra este sábado el telón y lo hace con la actuación de un artista de talla internacional, Salvador Sobral, que asegura una velada íntima y cargada de sentimiento en la que hacer resonar el eco de sus canciones por toda la Hoz del Huécar. Su estilo único que fusiona el jazz, la música latina y la música popular portuguesa serán ingredientes esenciales para crear una atmósfera emotiva e ideal para esta el último concierto.
Con antelación, este último día de Estival Cuenca lo iniciará la cantante y compositora conquense Paula Serrano, quien acudirá por quinta vez en el ciclo artístico y musical. Su música es una fusión entre el pop-rock y la canción de autor, con letras profundas que narran historias en verso. Porque “todos tenemos una historia que merece ser contada… o cantada”.
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