Opinión

No todo depende de ti

Las imágenes de la rodilla de Carolina Marín tomando una dirección distinta a la esperada en el peor momento, cuando la súper campeona española en bádminton había ganado su primer set y dominaba el segundo –estando, por tanto, a un paso de la gran final y la lucha por el oro- nos atravesaron a todos los que amamos el deporte y estábamos pendientes de la TV (o el móvil, o la Tablet o el ordenador). Carolina había llegado en un momento espectacular a los JJOO de París 2024 y lo estaba demostrando cada partido. Para que eso suceda deben unirse varios factores: una capacidad innata o predisposición para el deporte –o alguno concretamente- y un esfuerzo personal sobrehumano que gira en torno al entrenamiento, la alimentación, las rutinas y el trabajo diario mucho más allá de lo que podemos imaginar quienes, a duras penas, conseguimos salir a caminar algunos días.

Por tanto, no se puede ser una campeona olímpica sin el empeño personal por serlo y, como podrá comprobar el lector, esa afirmación deja poco margen para la crítica. De ahí nacen los mensajes que nos llegan tanto en estos días –y en general en la vida sea cual sea su ámbito- de que si quieres, puedes. Si te esfuerzas triunfas. Si trabajas creces, subes, mejoras y, al final, triunfas. El éxito depende de ti ergo tu eres el responsable de lo que te pasa en la vida.

Esos mensajes que aparecen igual en una cita olímpica como en el más básico libro de autoayuda y que sirve también como base para ciertas ideologías políticas –o, más bien, para ciertas gestiones políticas- son, simple y llanamente, falsos. Nadie duda, como dije antes, que sin esfuerzo uno no puede ser campeón en nada, pero esa máxima ignora que hay otras cuestiones externas que no dependen de ti, te esfuerces lo que te esfuerces. Y como hay elementos que sobrepasan al esfuerzo o la dedicación se puede afirmar que no siempre uno recibe la recompensa al trabajo o el buen hacer –y viceversa-

En el mundo del deporte se ve claramente en una lesión o una enfermedad que trunque llegar donde, seguramente, tu esfuerzo debería auparte y, de igual manera, en la vida hay cuestiones que van a marcar tu futuro tanto o más que el esfuerzo. Es por ello, porque las personas nacen en distintos sitios del planeta –desde los más ricos a los más pobres,- con distintas capacidades socioeconómicas o físicas y que durante la vida hay otros elementos que ponen piedras –o directamente truncan- a alcanzar nuestros objetivos, se hace imprescindible un sistema que nos proteja en nuestros mínimos vitales, que nos iguale a los demás en la educación o la sanidad para “minimizar” todo aquello que aleja a los éxitos del trabajo y el esfuerzo, que nos cure sin preguntar de donde venimos o cuanto hemos trabajado para estar donde estemos en ese momento y, porque no decirlo, que nos ayude a reiniciar y nos repare cuando nos equivocamos. ¿Por qué? Porque no todo depende de ti.

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