Opinión

La participación es eficaz en democracia

Fernando Casas

Comentando mi artículo “Cómo decidir obras públicas en democracia” Enrique Arias me pregunta “Sinceramente ¿usted cree que el proceso de consultas que plantea es operativo”?  Como debatir es esencial en democracia, voy a aprovechar la ocasión que amablemente me brinda Enrique para darle mi respuesta. El lector comprobará que percibimos de manera diferente lo que sea operativo o eficaz en democracia. 

Como bien sabe todo el mundo, la democracia aspira a ser el gobierno del pueblo. Lo eficaz para el sistema democrático es que las personas que ocupan el poder, en representación del pueblo soberano, sean fieles a sus promesas y sirvan al interés público. Por el contrario, no es operativo y es injustificable en un sistema democrático que las decisiones políticas importantes se adopten en contra de los compromisos electorales, el interés general y sin contar con la participación ciudadana.

Valga el ejemplo de Emiliano García Page cuando se comprometió a pelear a muerte por el tren. Ante las Cortes regionales habló de modernizar todas las líneas de ferrocarril para que en la región no hubiera conflicto ni agravio. Sin embargo, habiendo cuantiosos fondos europeos que permitían llevar a cabo la renovación de la línea Aranjuez-Cuenca-Utiel, el gobierno de Castilla-La Mancha colaboró con el gobierno estatal en su cierre. En mi opinión esta suerte de mentira política no es eficaz para la democracia. 

La actuación del presidente del gobierno regional, García Page, puso de relieve que Castilla-La Mancha tiene una democracia autoritaria. El partido gobernante incumple sus compromisos electorales y abusa de su poder en la región yendo en contra del sistema democrático. En consecuencia, la ciudadanía desconfía de la clase política y crea asociaciones y plataformas ciudadanas, para vigilar al poder, defender sus intereses y exigir a sus representantes que cumplan sus programas. 

Para combatir esta democracia autoritaria del palacio de Fuensalida es necesario aumentar la participación, a escala regional provincial y municipal. Gracias a las tecnologías de la comunicación y la información sería fácil conseguir que la ciudadanía participe en el proceso de toma de decisiones de los asuntos que la afectan y exprese su opinión con frecuencia y de forma rápida. 

Las tecnologías permitirían debatir y llegar a acuerdos sobre si se invierten parte de los fondos europeos en la mejora del ferrocarril Aranjuez-Cuenca-Utiel, para hacer frente a la despoblación. Como dijo en las Cortes el vicepresidente, Martínez Guijarro, el futuro está en el tren; por este motivo, no se entiende que el gobierno regional colabore en suprimir la línea férrea en perjuicio de los pueblos de las zonas despobladas, a cambio de cuarenta millones de euros para la capital de Cuenca.  

Quizás el mayor obstáculo para aumentar la participación regional está en los partidos políticos. Se dedican con estrategias torticeras de subvención a impedir que accedan a los medios informaciones y artículos de opinión que incentivan la participación. Y desaniman a la ciudadanía para que no pierda el tiempo en política porque la participación es costosa, requiere esfuerzo, dedicación, tiempo, es arriesgada y poco rentable. Así que incitan a las gentes a que busquen la felicidad en la vida privada ya que la “idiotez” reporta más beneficios que el compromiso público. 

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