Junco
Nace de ordinario a las orillas de las lagunas y por eso Virgilio los llama palustres y limosos. Por ser el junco blando y correoso sirve de ataduras, y de él se hacen cestillas en que llevan los requesones y fruta los villanos y otras cosas. Del meollo de ciertos juncos, que vulgarmente llamamos bohordos por la maceta que hacen en lo alto, se hacen mechas para los candiles. De Indias traen unos juncos tan gruesos que sirven de báculos, dichos cipiones, y antiguamente se debían traer a Roma de Egipto y de otras partes. Este junco se llama papiro. (Sebastián de Covarrubias)


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