El presidente del Gobierno regional, Emiliano García Page, hablando sobre la situación económica de la región declaró “algo estaremos haciendo de forma acertada cuando quienes crean riqueza confían en este Gobierno”. Es indudable que los empresarios de la región tienen muy buena opinión de la situación actual y futura de sus negocios. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) Castilla-La Mancha es líder en confianza empresarial. Una confianza empresarial que se corresponde con el “tremendo esfuerzo” (Page) del Gobierno para hacer atractiva la inversión.
Valgan como muestras de esfuerzo las medidas siguientes: declarar de interés regional el proyecto de un “hipercentro de datos” en Talavera de la Reina, que Mark Zuckerberg iba a edificar cerca de Amsterdam y las autoridades holandesas rechazaron por su alto coste medioambiental; aprobar leyes coladero (moratoria) que autorizan la instalación de macrogranjas sin agua para abastecer gorrinos cerca de los pueblos; elaborar un Estudio Ambiental Estratégico con graves errores y omisiones para permitir la instalación de vertederos; agilizar los trámites burocráticos y la gestión de permisos, para que empresas turísticas del caribe se instalen cuanto antes en los montes públicos de Cuenca y, en fin, cooperar en el desmantelamiento de una línea férrea y la privatización de los terrenos públicos del ferrocarril para que las empresas de la construcción obtengan una gran ganancia fácil y rápida (pelotazo).
Pasando por alto la dudosa legalidad de algunas de las medidas citadas, nos podemos plantear la cuestión siguiente: una región que cuenta con un gobierno socialista en el que confían los empresarios y que es una de las cuatro comunidades con mayor crecimiento económico desde 2018 ¿distribuye ese crecimiento económico de forma igualitaria como sostuvo Page en su discurso sobre el estado de la región, ante las Cortes de Castilla-La Mancha?
Pues bien, según el indicador de la encuesta de condiciones de vida del INE que mide la desigualdad, el porcentaje de población en riesgo de pobreza en Castilla-La Mancha subió el año 2024 hasta el 27,4%, cuando era el 25,5% el año anterior. Esta orientación política hacia la desigualdad se comprueba en el porcentaje de personas que llegan a fin de mes con “mucha dificultad”; si en el año 2023 la región no estaba entre las tres comunidades con mayores porcentajes de personas que llegan a fin de mes con “mucha dificultad”, según el INE, en el año 2024 Castilla-La Mancha es la comunidad de España con mayor porcentaje de personas que llegan a fin de mes con mucha dificultad (13,0%), seguida por Canarias (12,4%) y Andalucía (10,9%). Otro indicador que delata el cambio en las políticas públicas es que la tasa de riesgo de pobreza y exclusión en Castilla-La Mancha ha pasado del 31,7% en el año 2023 al 34,2 % en el año 2024.
De acuerdo con estos resultados se puede sostener que es completamente falsa la afirmación de Page de que el compromiso del gobierno regional esté ligado al crecimiento igualitario. Por el contrario, los datos indican que al mismo tiempo que aumenta el crecimiento económico en la región, el Gobierno promueve políticas que propician el avance de la desigualdad, yendo en contra de lo que establece el artículo 9.2 de la Constitución Española. Por lo tanto, el Gobierno de Page en Castilla-La Mancha es líder en confianza empresarial y desigualdad.
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