Los políticos, la economía cambiarán…. los tiempos, las coyunturas sociales cambiarán…. pero mientras vivas tú aliento existirá, ir y venir del aliento y si te das cuenta sentirás agradecimiento por estar vivo principalmente….
Tus ideas, pensamientos pueden acordarse del dolor y sufrimiento pero que sepas que no debes ignorar lo mejor de ti, lo valioso de ti, lo digno de ti. Es entonces cuando empiezas a comprender tú vida, tu existencia, independiente de lo que pase en el exterior. Las cosas van y vienen pero tú respirar siempre está ahí hasta que un día no esté.
Mientras, disfruta sobre todo de tu existencia, de tu fluir por la vida. Y entonces relativizarás el devenir de lo cambiante, pues sabes que lo estable te equilibra y poder llevar mejor el timón de la vida. Sócrates hablaba de que…” La alegría te espera al otro lado del dolor”….y continuaba diciendo…”. Si no obtienes lo que quieres, sufres; incluso cuando obtienes lo que quieres, sufres porque no podrás tenerlo para siempre. La dificultad está en la mente. Quieres estar libre de cambios, libre de dolor, libre de obligaciones de la vida y de la muerte. Pero el cambio es la ley, y por mucho que finjamos, eso no alterará la realidad….
La vida no es sufrimiento; pero la sufrirás, en lugar de disfrutarla, hasta que te liberes de las ataduras de la mente y te dejas llevar por la corriente de la vida abierta y libremente, pase lo que pase…..” Shakespeare hablaba de que ” la vida es como una rueda, hay momentos tristes, espera que vendrán los momentos alegres, pero espera que luego volverán los momentos tristes” . Por eso hay que confiar en la totalidad de los momentos. Toca adaptarse con paciencia, fortaleza y resiliencia. Y eso constituye el conocimiento de sí mismo que propicia la esperanza, la confianza y la autoestima.
Son momentos de ser consciente de tu resiliencia, la capacidad de salir más fuerte y flexible de las dificultades. Y está dentro de ti. Cuando veas un árbol fíjate en su desarrollo, ha sufrido ventiscas, lluvias, heladas y algo está pasando en ese árbol que funciona, existe. Párate delante de ése árbol y siente,percibe que en tu vida han pasado cosas de toda índole y estás ahí existiendo, viviendo, fluyendo como el árbol. Puedes admirar a dicho árbol que significa entre otras cosas Resiliencia, fortaleza y eso te puede propiciar sentir paz interior. Así es, ni más ni menos. Y puedes agradecer el valor de tú existencia. Lo demás es secundario.Pero la sociedad, lo exterior a nosotros muchas veces nos hace olvidar lo obvio, EL VALOR DE NUESTRA EXISTENCIA.EL VALOR DE NUESTRA RESILIENCIA.
Nos fijamos cada vez más por la multitud de estímulos distractores de nuestra verdadera esencia como seres humanos, nuestro propio sentir que cada día parece que lo olvidamos y, con ello nos perdemos lo fundamental de nuestra existencia : nuestro agradecimiento por estar vivos y que casi siempre olvidamos con esas fuentes de información de la era contemporánea. Es hora de parar esa velocidad de estímulos excesivos y aprender a meditar un ratito al día, parando la mente y disminuyendo el estrés de la vida moderna. Entonces es cuando nos encontramos a nosotros mismos, disfrutando de los recursos que tenemos desde que nacimos. Meditar es origen de la calma, la concentración propia, del disfrute de la vida auténtica, sin confusión y honestidad con nuestro propio sentir y nuestra propia paz y plenitud de existir…..¡ que contribuye en su totalidad a la paz interior, fuente de salud física, emocional , psicosomática y espiritual.
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