Este 24 de abril se cumple un año del incendio que calcinó tres naves del Grupo Avícola Rujamar en la localidad de San Lorenzo de la Parrilla (Cuenca) y que causó la muerte de más de medio millón de gallinas. Doce meses después, este proyecto familiar desarrollado en la provincia de Cuenca desde 1984, ha reconstruido ya dos naves y la tercera podría operativa en el mes de agosto, según ha detallado a Europa Press el CEO y fundador del Grupo, Rubén Martínez.
El propietario de Rujamar recuerda que el mismo día del incendio propuso a su gente que había que “coger el toro por los cuernos” y que había que restablecer lo que se había quemado. “Ha sido un año frenético”, ha reconocido Martínez, porque no solamente es volver a meter las aves, sino que está la parte de estructura, proyectos, pedir el equipamiento o llegar a acuerdos con las incubadoras para que te sirvan las pollitas. Un trabajo ingente para que el que han estado trabajando picos de más de 500 personas.
“Ha sido una tarea muy dura para todos los miembros de esta empresa”, ha admitido el presidente ejecutivo del Grupo Avícola Rujamar, pero “hoy podemos decir que hemos construido ya dos naves” y la otra está con los últimos coletazos. “Para mediados de agosto, creo que tendremos todo lo que se quemó restablecido”.
Rujamar ha aprovechado la reconstrucción de las naves para introducir un sistema que, aún si cabe, vela más por el bienestar animal que el anterior. Ahora se ha instalado tecnología de 2030, que es un sistema “mucho más abierto”. “Hemos perdido capacidad de las naves, hemos perdido 100.000 aves en la reconstrucción, pero estamos contentos de haberlo hecho puesto que esta empresa lo que prima es por el bienestar animal”, ha enfatizado.
De este modo, se ha trabajado también por la bioseguridad para que las gallinas estén menos en contacto con aves, con posibles agentes externos o con posible personal. “Hemos extremado esos sistemas y también la seguridad propia en sí”, ya que “jamás imaginamos” que un incendio como el ocurrido hace un año “nos pudiese pasar y pasó”.
“Hemos puesto lo último que existe en la avicultura a nivel mundial, en tanto seguridad, bioseguridad como bienestar animal”.
Precisamente, Sonia Marín Facundo, veterinaria del Grupo Avícola Rujamar, ha afirmado que el bienestar animal en las gallinas influye en la calidad del huevo e influye en datos productivos. “Al no tener estrés, el animal está bien, crece bien y produce bien”.
Un incendio que tuvo un impacto directo de 17 millones de euros y que Rujamar pudo soportar porque su situación financiera era “fuerte”, y de las dos aseguradoras que tenían, una de ellas respondió bien al siniestro. “Si esta situación te pilla con pequeñas dificultades o de negociaciones para conseguir créditos a corto, medio o largo plazo, te lleva por delante”, ha reflexionado el propietario de esta empresa con raíces conquenses.
Durante la visita que Europa Press ha realizado al núcleo de San Lorenzo de la Parrilla también pudo hablar con su responsable, Marina Sanz. Ha contado que el incendio supuso “un antes y un después” para el núcleo y fue “un golpe muy duro”, no solo por la pérdida de las instalaciones, sino sobre todo por la pérdida de los animales.
“El impacto emocional fue importante para todo el equipo” y a nivel operativo “nos obligó a parar en seco” y replantear toda la planificación. “A nivel humano fue impactante, y a nivel profesional un reto” y fue el inicio de una nueva etapa con “un núcleo más preparado, más seguro y con aprendizajes que nos han hecho mucho más fuertes”.
El núcleo principal de Rujamar está en San Lorenzo de la Parrilla. También están presentes en Mondéjar (Guadalajara), Saelices y Honrubia. Ahora están construyendo otro núcleo en Honrubia, quieren hacer otro en San Clemente y están terminando ya los trámites para desembarcar en Gran Canaria, “por fin”, después de siete años.
Aparte de esto, la empresa liderada por Rubén Martínez está estudiando compañías porque cree que es “un buen momento” para poder seguir creciendo de manera inorgánica. En cuanto al crecimiento orgánico, Rujamar prevé duplicarse a finales de 2028, lo que significa que se irá “a unos 150 millones de facturación” y a unas 350 o 400 personas en plantilla.
HUEVOS DIARIOS
Metidos en cifras, el presidente ejecutivo de Rujamar ha contado a Europa Press que de media sus gallinas dan 1,5 o 1,6 millones de huevos al día. Su idea es duplicar el número de aves, con lo que esa cifra se incrementará y rondará los tres millones doscientos o los tres millones trescientos de huevos al día. Algo que, según ha confesado, no le preocupa porque “el consumo del huevo a nivel mundial” está creciendo “muy rápidamente y mucho”.
Ha aprovechado también para expresar su creencia “absoluta” de que “una gallina no debe vivir enjaulada” y cómo, a través de sus viajes por el mundo, se ha dado cuenta de que existen alternativas a lo que es la jaula. “No puedo ver un animal enjaulado”, ha exclamado Martínez, quien sostiene que, con un manejo y una profesionalidad específica, se pueden conseguir valores productivos semejantes a lo de la jaula.
Un proceso “muy complejo” con el que Rujamar comenzó en 2016 y, dos años después, ya había conseguido eliminar todas las jaulas. En 2018, sin embargo, no había profesionales veterinarios en España que estuvieran capacitados para orientar a esta empresa conquense, por lo que tuvo que “tirar” de veterinarios holandeses y alemanes para que les ayudasen y, al final, “pagamos el plato” y “nos costó muchísimo hasta coger producciones”.
“No había nadie que nos enseñase, tuvimos que aprender a base de tortazos”, ha apostillado el dueño de Rujamar, quien asegura que los datos productivos de esta empresa avícola son “muy semejantes” a cualquier explotación que tenga jaula. Además de centrarse en la cuestión del bienestar animal, Rubén Martínez también ha hecho hincapié en que el 100% de la energía que consumen se obtiene de energías renovables y que no utilizan plásticos en sus envases.
Rujamar también ha reforzado la trazabilidad alimentaria con la Tecnología Blockchain y el sistema de trazabilidad Trace Food para toda la cadena de suministro. Ahora se puede rastrear todos los pasos que ha seguido el producto desde su origen hasta que termina en manos del cliente. Además, cuenta con un centro de investigación y granja experimental. “Siempre estamos innovando”, ha apostillado.
RUJAMAR EN EL EXTERIOR
De otro lado, y sobre el comercio exterior, Martínez ha informado de que Rujamar vende en Dubái, China y, en 2015, algún camión vendieron a Estados Unidos. Si tienen sobrante, volverán a vender al país norteamericano y, si no, el huevo de Rujamar “se quedará aquí en nuestra España querida”. Inglaterra, Mauritaria, Ghana o Nigeria son otros de los países a los que Rujamar ha vendido huevos, pero supone el 5 por ciento de la producción. El 95% está en España.
Grupo Avícola Rujamar, de manera directa, tiene en plantilla a entre 195 y 205 trabajadores. Los trabajadores indirectos son más de 400 o 500 en punta. Una empresa como esta, donde se instala, crea “un montón de empleo directo e indirecto porque “es que hace falta”.
Se requiere “muchísima mano de obra”, ha subrayado Martínez, y no solamente mano de obra básica, sino también mano de obra especializada como arquitectos, abogados, ingenieros o informáticos.
Rujamar, que va a llevar sus oficinas centrales a Cuenca capital, es consciente que tiene una responsabilidad social para su gente “importante”. “Yo estoy muy contento con mi Cuenca, y yo creo que Cuenca también puede estar un poquito de contento con Rujamar”, ha concluido su presidente ejecutivo.
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