Ante la proximidad de la inauguración institucional por parte de los reyes de España del nuevo Hospital Universitario de Cuenca, es un buen momento para repasar algunas fechas destacadas de la cronología de la que será la mayor infraestructura civil de la historia de Cuenca.
En el año 2002 las competencias sanitarias pasan a las comunidades autónomas y eso supone el anuncio de nuevos hospitales en Ciudad Real, Toledo, Almansa, Villarrobledo, Talavera de la Reina, Tomelloso, Alcázar de San Juan, Hellín, Puertollano, Manzanares y Valdepeñas. Cuenca, que contaba con el Virgen de la Luz desde el año 1964, no aparecía en estos momentos entre las ciudades que se iban a aprovechar de ese impulso a las inversiones en obras sanitarias.
En el año 2003, Independientes por Cuenca llegaba al Ayuntamiento de Cuenca y convertiría la demanda del nuevo hospital en una de sus principales demandas. En el mes de julio escribían una carta a José Bono, que acababa de ser reelegido presidente de Castilla-La Mancha, para pedirle este nuevo centro hospitalario, además de un parque tecnológico y nuevas titulaciones para el campus universitario de Cuenca.
La formación liderada por el cardiólogo Antonio Melero criticó durante aquella legislatura que de los casi 1.000 millones de euros que el Gobierno regional dedicaba a obra sanitaria nueva, a Cuenca llegaba apenas un 0,6%.
“Para Independientes por Cuenca, era irrenunciable completar el proyecto de obra civil con un renovado proyecto de mejora de la cartera asistencial de atención especializada. Algo especialmente necesario por el carácter provincial de nuestro hospital, y único de la red de asistencia sanitaria del Sescam”, recuerda Jesús Neira, uno de los fundadores de esta formación política.
En 2005 Independientes llevaba una moción al Pleno del Ayuntamiento para solicitar el nuevo hospital que fue rechazada por los votos del Partido Socialista. Durante ese debate el teniente alcalde del Gobierno socialista, Juan Ávila, desvelaba que la Junta tenía prevista una inversión de 54 millones en el Virgen de la Luz, la cifra más elevada hasta la fecha, aunque IxC estimaba que para una mejora sustancial del hospital conquense se necesitaban al menos 100 millones de euros.
La reivindicación de un nuevo hospital para Cuenca cobró fuerza en el año 2006, cuando el Colegio de Médicos de Cuenca puso en marcha una recogida de firmas para reclamar la nueva infraestructura. El presidente de este órgano colegiado era Francisco Javier Pulido, que meses después se convertiría en candidato del Partido Popular a la Alcaldía de Cuenca. Los populares asumían esta petición del nuevo hospital y un año después Pulido se haría con el bastón de mando de la ciudad.
A principios de ese año 2006, la Consejería de Sanidad confirmaba que a principios de 2007 comenzaría la ampliación del Virgen de la Luz, con la prometida inversión de 54 millones de euros. Frente a eso, Independientes por Cuenca, presentaba una nueva moción en el Pleno e incluso exponía en su gaceta informativa su propio proyecto de hospital.
El concejal Antonio Melero, que formaba parte del parte del proceso de redacción del Plan Director para la reforma del hospital “Virgen de la Luz” de Cuenca, manifestaba que el hospital de Cuenca” no admite más reformas”, y que solo sería posible garantizar su viabilidad futura a través de un proyecto de construcción de un nuevo edificio.
Finalmente, el 23 de enero de 2007 el presidente de Castilla-La Mancha anunciaba en el salón de Plenos del Ayuntamiento la construcción de un nuevo hospital de Cuenca en la carretera de Nohales, con una inversión de 130 millones de euros. El alcalde de Cuenca, José Manuel Martínez Cenzano, daba ese día las gracias a los profesionales sanitarios de Cuenca “por servir de acicate” para que esta obra pudiera convertirse en realidad.
En ese momento comenzaron los pasos para la nueva infraestructura sanitaria. En 2008 la Diputación de Cuenca, con Juan Ávila como presidente, aprobaba con la abstención del Partido Popular la cesión de los de El Terminillo donde se iba a ubicar el hospital.
En junio de 2010 se presentaba el proyecto del hospital, con un presupuesto de 138 millones de euros. Barreda ponía la primera piedra en febrero de 2011, apenas tres meses antes de que el Partido Popular ganara por primera vez las elecciones de Castilla-La Mancha.
La llegada de María Dolores de Cospedal al Gobierno autonómico supuso la paralización de varias infraestructuras sanitarias bajo el argumento de la situación económica de las arcas regionales. En noviembre de 2011, cuando apenas acababan de comenzar los trabajos, el entonces consejero de Sanidad, José Ignacio Echániz, anunciaba la paralización del hospital de Cuenca.
Aquella decisión tuvo consecuencias en el PP, que había perdido las elecciones municipales de ese año y fue un golpe para dos de las personas que más activamente habían defendido la necesidad del nuevo hospital. Antonio Melero, que entonces era concejal del PP, presentó su dimisión, mientras que Francisco Pulido siguió como concejal, aunque hizo visible su discrepancia ausentándose en votaciones en el Pleno relacionadas con el hospital y hasta participando en alguna concentración contra los recortes sanitarios de la época de Cospedal.
En el año 2015 Emiliano García-Page ganaba las elecciones de Castilla-La Mancha y en noviembre se reanudaban las obras del hospital, por cuya paralización el Gobierno de Castilla-La Mancha tuvo que pagar una indemnización de seis millones de euros.
Reanudados los trabajos, la previsión era finalizar el hospital en 2021, pero la pandemia del coronavirus supuso un nuevo retraso para este proyecto que tendrá su puesta de largo este 19 de diciembre con la inauguración por parte de los reyes de España, aunque habrá que esperar al menos hasta la Semana Santa de 2025 para que comience la atención sanitaria.
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