La Junta solicita las ayudas de emergencia del Estado tras los estragos ocasionados por la
DANA
El Gobierno de Castilla-La Mancha dará salida, el próximo martes 7 de septiembre, a la petición de ayudas de emergencia que brinda el Estado español ante los desastres ocasionados por las tormentas caídas al paso de la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) que tuvieron lugar el miércoles 1 de septiembre.
Esta solicitud, que se denomina “Ayudas del Estado de necesidad con motivo de la intervención de la protección pública” y que se hará efectiva en la reunión del Consejo de Gobierno de pasado mañana, fue anunciada el jueves por el jefe del Ejecutivo regional, Emiliano García-Page, ante el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, en el transcurso de una visita institucional a Guadalajara.
Castilla-La Mancha, en concreto los municipios de Toledo capital, Cobisa, Nambroca, Guadamur, Argés, Polán, y Burguillos en la provincia de Toledo y Tarancón e Iniesta, en Cuenca, han sido las zonas más afectadas y con mayores pérdidas del país a causa de las tormentas que tuvieron lugar en la tarde noche del miércoles 1 de septiembre.
Desde que se activara el Plan Específico ante el Riesgo por Fenómenos Meteorológicos Adversos (Meteocam) y el Plan Infocam, el martes 31 de agosto hasta las 8:00 horas del jueves 2 de septiembre, se contabilizaron 740 inciencias, de las cuales unas 500, más del 60 por ciento, tuvieron lugar en la provincia de Toledo.
El Ejecutivo que preside García-Page movilizó más de 250 efectivos y cerca de 90 medios coordinados por el 112 de Castilla-La Mancha para atender los desperfectos causados por las lluvias torrenciales que afectaron principalmente a municipios de la provincia de Toledo y a las localidades de Iniesta y Tarancón, en Cuenca.
La Junta ha puesto a disposición de los ayuntamientos de las localidades afectadas todos los medios solicitados, operarios de carreteras y voluntariado de agrupaciones de Protección Civil, así como camiones, autobombas y distinta maquinaria, que están permitiendo achicar agua y limpiar el lodo de las carreteras y vías urbanas.