La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) denuncia la precaria situación laboral de los fisioterapeutas que trabajan en centros educativos de la región y que repercute negativamente en la atención a alumnos con discapacidad motórica.
En concreto, en la región hay 45 fisioterapeutas (14 en Ciudad Real, 13 en Toledo, 7 en Albacete, 6 en Guadalajara y 5 en Cuenca) asociados a un programa temporal en el que son contratados en septiembre y despedidos en junio al finalizar el curso escolar para atender a cerca de 600 alumnos con necesidades especiales.
María Isabel Algaba, delegada de CSIF y fisioterapeuta en Albacete, señala que “estamos hablando de profesionales que trabajan de forma itinerante desplazándose en el mismo día a diferentes localidades, con su propio coche y en muchos casos en espacios inapropiados, condiciones deplorables y sin el material adecuado”.
Al riesgo de accidentes, con más de 600 kilómetros a la semana en desplazamientos, se suma la falta de estabilidad. No en vano, el Gobierno regional anunció la semana pasada la contratación de 45 fisioterapeutas más: “es absolutamente falso, sólo propaganda. Lo cierto es que se contratan a los 45 fisioterapeutas a los que se despidió en junio”.
Algaba añade que los programas temporales están ideados para necesidades puntuales de asistencia y atención que no se pueden cubrir con la plantilla existente, pero “la Consejería de Educación incurre en un fraude, no podemos estar hablando de más de diez años de necesidades puntuales. Hace ya cuatro años les presentamos un informe exhaustivo y no han hecho absolutamente nada”.
María del Mar Ortega, fisioterapeuta itinerante en la provincia de Cuenca, es la cara visible de la precariedad y temporalidad de este colectivo: arrastra contratos temporales desde 2010. “Los fisioterapeutas y los menores con discapacidad motórica somos los grandes discriminados del sistema educativo. En muchos casos nos incorporamos con el curso ya empezado y ni siquiera lo acabamos, son periodos en los que los niños no están atendidos”, por lo que reclama estabilidad y continuidad, ya que “es muy duro que las familias tengan que explicar cada septiembre a un nuevo fisioterapeuta los problemas de los hijos, se pierde la relación con los alumnos y se rompe la coordinación con los servicios médicos. Todo va en perjuicio de los menores”. Por ello, desde CSIF se reclama la creación de plazas estructurales.
Ortega apela al carácter esencial de este colectivo debido a que “somos fisioterapeutas educativos y somos necesarios para que los alumnos accedan al currículo en las mejores condiciones. Los grandes perjudicados de la precariedad que padecemos son los menores y sus familias”.
UN@ MÁS
La presidenta de la asociación Un@ Más de apoyo a niños con discapacidad y sus familias, Lourdes Alcolea, resalta que “es muy duro llegar al inicio de curso y encontrarnos con que todavía no hay ningún fisio en el centro o que acaben sus contratos antes de tiempo, estamos hablando de niños y niñas con muchas necesidades y estos profesionales son necesarios”.
Alcolea, que ha puesto su caso particular y el de otras familias de la Asociación, explicaba que “en el mejor de los casos los niños y niñas son atendidos durante 4 horas al mes, nos sentimos totalmente discriminados y sólo pedimos una igualdad de condiciones respecto al resto de alumnos”.
Por último, Alcolea subrayaba que “nos sentimos olvidados, año tras año es la misma historia” y apela asimismo al número de fisioterapeutas: “Es totalmente insuficiente, habitualmente los niños sólo tienen una sesión a la semana”.