Medio año después del derrumbe del muro de la calle Canónigos, el Puente San Pablo ha reabierto al paso peatonal y han sido fundamentalmente turistas los primeros en cruzar por la zona restringida, que reabre precisamente justo antes del último puente festivo del año.
El acceso se ha abierto antes de las siete de la tarde sin ningún acto inaugural y ha venido acompañado de dos novedades: una rampa que mejora la accesibilidad del puente y una placa conmemorativa de los 25 años de Cuenca como Ciudad Patrimonio de la Humanidad.
El alcalde de Cuenca, Darío Dolz, ha detallado que faltan algunos aspectos para dar por finalizados los trabajos, como el asfaltado de un pequeño tramo, que tendrá que esperar al buen tiempo, y la recuperación de la vegetación perdida en el talud. Dolz ha agradecido a la empresa, Construcciones Sarrión, su esfuerzo para que la calle estuviera abierta al paso peatonal antes de fin de año.