Opinión

Distopía conquense

Dicen que lo más difícil de ver es aquello que tienes delante de los ojos. Como esos dibujos de puntos que solo se ven tomando distancia.

También es cierto que, por esa increíble capacidad de acomodación que tenemos los humanos, nos adaptamos al entorno por mucho que este se vuelva incluso hostil.

Me dijo un amigo que en Cuenca vivimos en una distopía. Supongo que se refería a que mantenemos una conciencia y apariencia de normalidad a pesar de que la realidad de nuestro entorno deje de serlo.

Me propongo en estas líneas aventurarme en el intento de unir los puntos, y que sea el lector el que juzgue las características del retrato o paisaje final.

Una noticia muy reciente: Se prevé la construcción de un parque fotovoltaico de 200 megavatios de potencia en Altarejos y otro de 150 MW en Barajas de Melo. (Las Noticias 201221).

Otra igualmente actual: Elecnor construirá en Cuenca el parque eólico más grande de España, de 300 MW. (Invertia 201121).

Otra un poco más antigua: Se disparan las solicitudes de macrogranjas de cerdos en la provincia de Cuenca. Hay nuevos proyectos en Cardenete, Gabaldón, Barchín del Hoyo, Barajas de Melo, Villagarcía del Llano y Gascueña. (ABC 220321).

Esta es del 2018: En Almonacid del Marquesado se construye el mayor vertedero privado de residuos industriales. (Ecologístas en Acción 230818).

Una sobre el ATC: Villar de Cañas: un cementerio nuclear aún sin enterrar. A punto de cumplirse nueve años de la designación de Villar de Cañas como ‘vertedero’ nacional de los residuos nucleares (ATC) -y dos años y medio después de que Moncloa parara el proyecto- su futuro sigue en un limbo. (La Tribuna de Toledo 211221).

Aquí un proyecto aún por definir, también en Cuenca: El futuro Parque Científico y Tecnológico, una puerta a la economía circular en Cuenca. contará con más de 600.000 metros cuadrados. (Life Cuenca 170321).

Esta es del contexto europeo y entronca con la del ATC: Encrucijada atómica en la UE: ¿ha llegado la hora de considerar ‘verde’ la energía nuclear? El debate sobre el papel que lo nuclear debe jugar en la transición verde se ha reavivado a raíz de la escasez de gas. ¿Puede la UE revertir la decadencia de esta energía? (El Confidencial 201021)

Ahora vamos a intentar unir los puntos.

Cuenca es un desierto demográfico, esta es una realidad neutral, ni utópica ni distópica.

Pero si tomamos distancia y miramos el presente y el futuro de la provincia con cierta perspectiva, y lo hacemos en términos de utilidad para las necesidades económicas y energéticas del país, aparece un retrato no tan neutral y aunque desdibujado de momento, quizá algo distópico.

La energía nuclear está de nuevo en el centro del debate. Los combustibles fósiles están descartados en el futuro verde de Europa, no así la nuclear, cuyo problema son los residuos y el riesgo inherente a operar sus centrales, pero que no produce gases de efecto invernadero. Si añadimos el tema de la soberanía energética (ejemplo francés) el debate está servido.

En cualquier caso, la energía nuclear ha movido el aparato productivo de nuestro país y ha generado los correspondientes residuos, bidones que deben ser almacenados y, por algún motivo, Enresa se acordó de Cuenca para tal misión.

Se requería de Cuenca un nuevo servicio a la patria, como ocurrió con motivo del Trasvase Tajo-Segura.

A diferencia de la energía nuclear, la fotovoltaica es verde por partida doble, ni emite gases de efecto invernadero ni es peligrosa. La cuestión desde la perspectiva del desierto demográfico que es Cuenca es saber si se van a concentrar aquí de manera intensiva este tipo de instalaciones. Hectáreas de paneles que, además del deterioro paisajístico por excesivos si fuera el caso, dejan nulo empleo y prosperidad más allá del tiempo que dure su instalación.

Con la energía eólica, los molinos, pasa lo mismo que con la fotovoltaica, pero en vertical. De nuevo la pregunta es el número y dimensiones de los molinos que terminarán ocupando una parte eventualmente no menor de este desierto demográfico.

Pasamos ahora a la industria nacional. Un sector tan necesario este como generador de empleo (no en Cuenca) y de residuos. Por algún motivo, los promotores del mayor vertedero de residuos industriales en nuestro país se acordaron de este desierto demográfico, y ocuparon la parcela correspondiente.

Y qué decir del cerdo, del que se aprovechan hasta las pezuñas, industria nacional, fuente de alimentación y de gastronomía. Y cuando otros territorios empiezan a poner problemas a la instalación de las llamadas macrogranjas (explotaciones automatizadas para miles de lechones) también se acordaron sus promotores de Cuenca. Veremos finalmente cuantas hectáreas se ocupan con las balsas de purines (excrementos) a cielo abierto características de estas granjas XXL contrarias a la ganadería extensiva de toda la vida.

El problema viene de nuevo si (…) nos encomiendan otro servicio a la patria: reciclar y reutilizar los residuos que genera la actividad económica en otros territorios que no son desierto demográfico.

Y, para terminar, el círculo virtuoso que es la economía circular. Nada más sostenible que reciclar y reutilizar las ingentes cantidades de residuos que genera la sociedad industrial y tecnológica en la que vivimos. El problema viene de nuevo si para tan encomiable función se acuerdan de Cuenca, y nos encomiendan otro servicio a la patria: reciclar y reutilizar los residuos que genera la actividad económica en otros territorios que no son desierto demográfico.

En ese futuro distópico, tipo película de Mad Max, este desierto demográfico que es Cuenca estaría surcado de carreteras en perfecto estado para el tránsito de camiones, que no trenes, con bidones de residuos radiactivos, excrementos de cerdo, lechones, residuos que almacenar, reciclar y reutilizar, hidrógeno producido por el biogás de los purines con destino a la industria nacional, cuyos residuos volverán también en camión a Cuenca para ser reciclados, reutilizados y, lo que es peor, en gran medida meramente almacenados.

Y todo ello en un paisaje de distopia tecnológica, poblado por gigantescos aerogeneradores eólicos (160 metros de altura) y brillantes superficies cual mares de células solares.

Y, como distopia que se precie, en un paisaje sin presencia humana reseñable.

Post Data.

Paso decisivo para que la Comisión Europea equipare a Cuenca con las zonas muy poco pobladas del Norte de Europa. (Enciende Cuenca 111221) En la noticia podemos leer:

“Según datos de 2018 las provincias de Cuenca, Soria y Teruel arrojaban, respectivamente, una densidad de población de apenas 11’7, 8’7 y 9 hab/km2, resultando no solo las tres provincias menos densamente pobladas de España, sino ratios de población incluso inferiores a las de siete regiones nórdicas:

  • Pohjois-Karjala (Finlandia): 9,2 hab/km2
  • Etelä-Savo (Finlandia): 10,2 hab/km2
  • Dalarnas län (Suecia): 10,2 hab/km2
  • Pohjois-Pohjanmaa (Finlandia): 11,2 hab/km2
  • Västernorrlands län (Suecia): 11,4 hab/km2
  • Keski-Pohjanmaa (Finlandia): 13,7 hab/km2
  • Pohjois-Savo (Finlandia): 14,7 hab/km2 “




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