Opinión

El último tren

Dicen que la historia es circular. Así al menos defienden los entusiastas de la historia de Sísifo, hijo de Eolo y rey de Corinto, quien fue condenado por Zeus y Hades a empujar una pesada piedra cuesta arriba para después verla caer y repetir el proceso durante toda la eternidad.

Quienes defienden estos ciclos históricos normalmente se refieren a grandes periodos como las grandes guerras o los procesos de revolución e involución democrática. En Cuenca, sin embargo, lo aplicamos como somos: a escala local, de forma humilde y sin hacer mucho ruido. Nuestros ciclos históricos no recuperan antiguas tensiones geopolíticas ni modelos de organización social, sino que, desde la humildad que nos caracteriza, nos conformamos con caer en la misma piedra una, y otra, y otra vez.

El Pleno del Ayuntamiento de Cuenca, siendo sede de la soberanía conquense, aprobó en 2020 por unanimidad nuestra moción en defensa del tren convencional. Ahora, esta semana, el mismo Pleno ha rechazado hasta en tres ocasiones consecutivas mantener esa misma línea de tren convencional. Una por cada una de las mociones presentadas por tres de los cuatro grupos que estamos en la oposición.

¿Y el cuarto? ¿Y la agrupación de electores que quedó en segundo lugar en las pasadas elecciones, que ha estado dos años formando parte del Equipo de Gobierno municipal, y que salió para, precisamente, liderar la oposición y ser útiles “desde fuera”?

¡Ay! ¡Qué complicado es entender la política y qué fácil es hacer como que se entiende!

Pues, para que nos entendamos: ni sí ni no, sino todo lo contrario. Sus votos estuvieron en el rechazo a mantener el tren, en el apoyo a mantener el tren, en el rechazo al infame ProyectoXCuenca y en el apoyo al infame ProyectoXCuenca. La ubicuidad encarnada. Eso sí, las tres mociones presentadas por el resto de los grupos de la oposición en apoyo del tren fueron finalmente rechazadas gracias a la suma de sus votos a los del PSOE.

Pues ya está: PSOE culpable y ‘Cuenca nos Une’ cómplice.

¡Ay si fuera tan sencillo! Y es que, claro, hubo dos concejales de CnU que votaron en conciencia rompiendo la disciplina de voto. Es que, claro, el Partido Popular lleva décadas en el Ayuntamiento, la Diputación de Cuenca, la Junta de Comunidades y el Gobierno de España sin mover un dedo para que se haya mantenido en buen estado la línea del ferrocarril convencional. Es que, claro, Ciudadanos defiende el mismo modelo de liberalismo que ha hecho que haya un AVE que pasa por Ciudad Real y no para porque no es rentable. Es que, claro, ‘Cuenca, En Marcha!’ (Podemos-Equo) formamos parte del mismo Gobierno de España al que pertenece el Ministerio de Transportes que ha presentado el infame ProyectoXCuenca.

¿Entonces de quién es la culpa? ¿Quién o quiénes son los culpables de que exista una posibilidad real de que se elimine el servicio y las vías del tren convencional para siempre?

La respuesta, propongo, es la misma que a la culpabilidad de que tengamos la estación del AVE en el vertedero, de que no se pueda ir y volver de allí en autobús, de que nos hayan puesto el hospital provincial en medio de una era, de que tengamos abandonado un amasijo de hierro y cristal de 7 millones de euros, de que tengamos un servicio de autobuses urbanos económicamente sobredimensionado y ridículamente inútil para la ciudadanía, de que tengamos los aparcamientos privatizados y los solares vallados, e, incluso, de que se derrumbara la que probablemente sea nuestra calle más emblemática.

La culpa de que en Cuenca estemos esperando, con nuestra piedra arriba y abajo, a que pase el último tren es nuestra”

Los partidos políticos, el PSOE, García-Page, la CEOE y hasta el mismísimo presidente del Gobierno fueron señalados durante el Pleno como culpables del infame ProyectoXCuenca. La realidad, créanme, es mucho más sencilla que todo eso: la culpa de que en Cuenca estemos esperando, con nuestra piedra arriba y abajo, a que pase el último tren es nuestra.

Ya en la campaña de 2019 dijimos que Cuenca se moría, y así lo hemos vuelto a escuchar estos días. Nuestro pequeño bucle temporal se reduce a sufrir los intereses y las ocurrencias de la cabeza pensante de turno, a criticarlo brevemente y, tras un sonoro ‘ea’, a seguir casi como si mereciéramos todo lo que nos pasa.

También en 2019, y ahora a las puertas de 2022, esta humilde vecina que se metió en política para tratar de romper la rueda, os repito: por favor, no os conforméis. Por nuestra parte vamos a hacer todo lo posible para que esto no suceda, y estoy convencida de que igual harán, al menos de momento, dos de las otras tres formaciones en la oposición. Pero al final va a depender de lo de siempre: votos.

Solamente si ven peligrar su hegemonía, si ven peligrar su preciosa atalaya, seremos capaces de frenar el infame ProyectoXCuenca. Solamente si de verdad nos creemos que nuestra ciudadanía implica algo más que pedir bancos, papeleras y paellas durante las elecciones seremos capaces de decidir el rumbo de nuestra ciudad.

Porque ni en Cuenca somos Sísifo, ni nos conformamos con esperar, piedra arriba, piedra abajo, al último tren.

María Ángeles García es concejala y portavoz de ‘Cuenca, En Marcha!’ (Podemos-Equo) en el Ayuntamiento de Cuenca





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