Se acabó la espera. Dos años después, el Barrio de Santa Rita volvió a vestirse de fiesta, de alegría, de reencuentro. Había muchas ganas y se notó en el ambiente. Los ojos de la gente irradiaban felicidad e ilusión, especialmente la de aquellos pequeños que no tenían nítida memoria del evento y la de aquellos jóvenes que vivían su aplazada y deseada primera cena de Santa Rita en Mota del Cuervo.
Cuatro días de celebración, en los que como se esperaba, el sábado se superaron ampliamente las expectativas con una altísima participación.
Santa Rita cruzaba la puerta principal de la ermita, radiante, con su arco de flores, y acompañada por centenares de moteños y moteñas en su paseo por las calles del barrio. Siempre con la mejor melodía de nuestra Asociacion musical moteña y la Juventud de nuestras damas y cantarero de las fiestas del año 2019.
La jornada contó con el tradicional ofrecimiento y la verbena a cargo de la orquesta innova 2 y la sesión de dj’s.
Las casetas, estuvieron repletas hasta la bandera, así como las atracciones, puestos de comida y churrerías y tiendas de juguetes o bisutería.
Cocineros del municipio se reunieron el domingo para preparar 3 paellas gigantes. El donativo por cada plato de arroz fue destinado a la ayuda a Ucrania.
La Hermandad de Santa Rita, a modo de balance, ha mostrado su “satisfacción” por el desarrollo de esta fiesta, que ha movido a miles de personas. Complacencia, por el trabajo de la propia hermandad, y la complicidad de todo el pueblo.
Desde el Ayuntamiento han valorado muy positivamente el desarrollo de todas las fiestas y el comportamiento de la ciudadanía en general. Además, se han demostrado suficientes los dispositivos de limpieza organizados desde los servicios municipales para poder albergar a toda una comarca en apenas un fin de semana.
Las danzantas ponían el broche final a unas fiestas que regresaban para marcar un antes y un después en el barrio de Santa Rita.