Con motivo de la celebración del Día del Orgullo LGTBI, el Palacio Provincial de Cuenca ha sido testigo de la lectura del manifiesto por parte de Marta Jímenez, así como unos actos culturales promovidos por la asociación 420.
En primera instancia, desde el área de Igualdad de la Diputación Provincial de Cuenca se ha agradecido la asistencia a la asociación Familias TRANSformando Castilla-La Mancha y a la asociación WADO, vinculadas con el movimiento LGTBI, así como de resto de organizaciones que han colaborado en la celebración de este evento.
Posteriormente, se ha procedido a la lectura del manifiesto por parte de Marta Jiménez, hija de la presidenta de “Familias TRANSformando Castilla-La Mancha” que, apoyándose en su condición de transexual, expresa que, si bien se han conseguido avances en obtener “una infancia más cuidada”, todavía existen barreras que siguen cuestionando los derechos de las personas del colectivo.
Jímenez argumenta que dichos derechos sirven “para proteger nuestro crecimiento, desarrollo como personas, nuestra salud y nuestra libertad” y anima a seguir avanzando en materia, dejando atrás la imagen “antigua y patologizante” de las personas transexuales, para lo que “hacen falta referentes”.
También reclama que para que se puedan impulsar dichos derechos, hay que aprobar la “Ley Trans” a nivel estatal, que “garantizará la protección de los derechos del colectivo, independientemente de la edad”, así como pedir una ley que castigue los comportamientos despectivos hacia las personas LGTBI.
Además de ello, Marta Jímenez declara que dicha ley también debe de ir de la mano con aquellas personas “racializadas, migrantes, y con diversidad funcional”, con el objetivo de no dejar a nadie atrás, así como pedir que la educación “afectivo-sexual” sea real en las escuelas.
Más adelante y tras la finalización del manifiesto,el grupo Her Itage ha procedido a interpretar unas canciones con motivo del orgullo LGTBI. En este caso han interpretado el “I Will Survive” de Gloria Gaynor, considerada por el colectivo como un himno y “La Macorina” de Chavela Vargas, en la que se menciona la vida de una prostituta y primera mujer chófer en la Cuba de principios del siglo XX.