Las administraciones educativas (…) tomarán medidas efectivas para la supresión de estereotipos…”, así comienza el artículo 13 de la ley de Igualdad de trato y la no discriminación (1), dedicado a la educación. Ya desde 2007 la ley orgánica para la igualdad efectiva de mujeres y hombres (2) recoge la igualdad de trato evitando comportamientos sexistas y estereotipos en educación, pero, dentro de este marco legislativo, parece que todavía cuesta su aplicación en algunas acciones llevadas a cabo por los centros educativos.
Cuentan con un Plan de Igualdad (3) y con una figura de coordinación de igualdad, conmemoran el 25 de noviembre (día contra la violencia de género), el 11 de febrero (día de la mujer y la niña en la ciencia), el 8 de marzo (día internacional de la mujer) y otros tantos días en favor de la inclusión y la no discriminación. Sin embargo, cuando se acerca un festival, todo esto parece olvidarse en muchos centros y a sus docentes.
Gimnastadas, remembers de Eurovisión, navidad, fin de curso, … De pronto, se percibe cierta nostalgia por la cultura en la que hemos sido socializadas las personas ahora adultas. Aparecen interpretaciones de bailes o teatros (por ejemplo, de Grease) donde se marcan roles y vestuario claramente diferenciados para niñas y para niños, sexualizando a las criaturas ya desde la etapa infantil.
A ellos les ponemos un look “macarra” dándoles el rol de macho dominador, mientras a ellas les ponemos un tutú para estar bonitas y parecer dulces y complacientes. Además, los colocamos por parejas chico-chica para que aprendan cuanto antes cómo y con quien deben relacionarse obviando toda la diversidad afectivo sexual que existe en el mundo.
Y esto se plantea, sin ningún tipo de reflexión, para eventos dirigidos a toda la comunidad educativa, sus familias e incluso a veces cargos públicos, yendo abiertamente en contra de la ley, de las competencias transversales del currículo educativo y de los valores que se le presuponen a la escuela pública.
¿Dónde está la coeducación? ¿Es tan difícil pensar en un festival, una actuación, un vestuario, en el que no se caiga en los ya tan manidos estereotipos de género? ¿Es posible que al menos se escuche a las familias y a las estudiantes (también sucede en centros de secundaria) cuando manifiestan su desacuerdo con ese trato diferenciador?
Con estos detalles, seguimos enseñando a niñas y niños que son diferentes, que ellas están para llamar la atención por su aspecto físico y no por sus cualidades. Tiramos por tierra lo que hemos trabajado en fechas como el 25N, el 11F o el 8M. ¿Y si ellos quieren ponerse un tutú? Les enseñamos rápidamente que eso es “de chica” (como algo negativo, claro) y que ellos tienen ciertas ropas “prohibidas”, incluso en un día de festival.
La industria del juguete o de la ropa, y por supuesto su publicidad, ya se encargan de inculcarnos desde que nacemos cómo debemos comportarnos. Quizás la escuela debería ser un espacio donde aprender a ser mentes críticas con todo esto en vez de apuntalarlo, quizás ha llegado el momento de realmente COEDUCAR.
1. Ley 15/2022, de 12 de julio, integral para la igualdad de trato y la no discriminación:
https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2022-11589
2. Ley Orgánica para la igualdad efectiva de mujeres y hombres
https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2007-6115
3. Plan de igualdad y convivencia:
+ Recursos sobre Igualdad de Género disponibles en la web de Educación de la JCCM:
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